No hay espacio
Nairobi, Kenia.- El Antropoceno y sus postales. Ahí está la jirafa, resguardada por el paciente trabajo de la evolución: cuello larguísimo, la única que puede, fácil y sin esfuerzos, alimentarse de los árboles más altos. Pero siempre algo puede salirse de cálculo y un actor de reparto hacerse con todo. No hay espacio, les dicen a los antiguos moradores de la sabana los surcos de las rutas, las huellas de tanta maquinaria, las moles de construcciones con las que todos, ya que no hay espacio, van intentando cohabitar. La supervivencia ya no dialoga con los tiempos largos de la evolución, sino con la condescendencia humana. Y así ocurre que en Kenia las líneas del tren que une Nairobi y Naivasha se construyeron en altura, sobre los sólidos pilotes que se ven en esta foto. Cosa de no interrumpir la circulación de los animales, que, allá abajo, ni siquiera son dueños del parque nacional que intenta protegerlos.