Pregunta sin respuesta
Macedonia del Norte.- No es una novedad que los poemas de Rubén Darío presentan problemas que no son meramente poéticos, pero que solo admiten ser presentados como poemas. "¿Qué signo haces, oh Cisne, con tu encorvado cuello/al paso de los tristes y errantes soñadores?/ ¿Por qué tan silencioso de ser blanco y ser bello,/ tiránico a las aguas e impasible a las flores?". Cuando el poeta escribió estos versos, no confiaba en las complacencias de la eufonía. El cuello del cisne, incluso inerme en el instante de comer, es un signo de pregunta. Da lo mismo que sea el lago Ohrid o el lago de Palermo, porque en diferentes territorios es el mismo cisne, porque "en diferentes lenguas es la misma canción". Lo mismo pasa con la pregunta. El cisne, todo cisne, parece tender un puente -un puente intransitable a fuerza de imaginario- de la naturaleza a la cultura.