Preludio a la extinción
Se diría que estamos ante una huella del apocalipsis que arrasó el planeta hace 66 millones de años. Es la figura perfectamente preservada de la cola de un pez hallada en Dakota del Norte, Estados Unidos , y que, sumada a un tesoro de otros restos fosilizados a lo largo de eones, ofrece una increíble instantánea del momento en que un gigantesco asteroide se estrelló contra la Tierra y desató terremotos y tsunamis de inimaginable violencia que podrían haber marcado el comienzo del fin de los dinosaurios. Tal vez en un suspiro, olas gigantes se desplazaron miles de kilómetros. Una miríada de diminutas esferas de vidrio llamadas tectitas, producidas por el calor del impacto contra el fondo del mar y recuperadas en el mismo lugar, llevan la firma química de otras asociadas con el evento de Chixculub y avalarían la tesis sobre el origen de la catástrofe. En un alarde poético-musical, los científicos titularon su trabajo, publicado en el PNAS, "Preludio a la extinción".