Prenuncio
Estambul.- Sobre el Puente de Gálata, una mujer contempla las aguas del Cuerno de Oro, en el estrecho del Bósforo. Un cielo plomizo con nubes grises retrata una escena sombría y lúgubre. El rostro de ella permanece oculto y, por eso, solo se puede imaginar qué experimenta ante este paisaje. Tal vez la jornada lluviosa acompañe su estado de ánimo o contribuya a crearlo. Hay quienes los días encapotados sienten que su espíritu se oscurece al compás del entorno que los rodea. En este caso, la dama está cubierta por un artilugio que contrasta con la opacidad circundante. El paraguas que la protege a sus espaldas recrea casi con exactitud lo que ella observa hacia adelante. La diferencia es que el llamativo colorido de la trama propone una jornada luminosa, un frente sin nubarrones que oscurezcan la existencia. Un prenuncio tal vez inadvertido para ella de que tras la oscuridad siempre sobreviene la luz.