Tigre
"Te quiero hacer un recordatorio. El Bicho no pudo en semifinales lo que Tigre pudo en la final. Pensalo también en término políticos". El ruido de bombos y el bullicio de los festejos del triunfo de Mariano Arcioni en Chubut no alcanzaron a ocultar la simpática complicidad con la que Sergio Massa le presentó a Alberto Fernández una forma de entendimiento con el kirchnerismo que incluía una ventaja en su favor.
En esa chicana futbolera, que remite al reciente desenlace de la Copa de la Superliga, Argentinos Juniors era Alberto Fernández (ya que es hincha del club de La Paternal), Mauricio Macri era Boca y el propio Massa era Tigre (cuyo fanatismo deriva como herencia de la familia de su esposa). Boca le ganó a Argentinos, pero perdió con Tigre. En la entrevista con C5N, Fernández respondió a la ocurrencia con un "aplauso para Tigre" entre promesas mutuas de un café inminente.
Confundir fútbol y política siempre fue una tentación en un país en el que las pasiones viven mezcladas. Otra forma de interpretar la comparación de Massa es aguardar el desenlace de las negociaciones de estas horas. En ese desenlace podría descubrirse que a Tigre lo premiaron con una copa, pero igual lo mandaron al descenso.