Volar alto
CURITIBA.- Un colchón de nubes y el silencio absoluto; los rayos del sol un reflejo tibio sobre los rascacielos de Curitiba. La imagen remite, tal vez, a la ventanilla de los aviones y al mar vaporoso del cielo, esa atracción magnética. Tantas historias de niños pegados al vidrio buscando entre algodones el producto de sus fantasías; anécdotas familiares que llenaban de risa la espera de los aeropuertos. Nada más difícil que procesar cambios rápidamente. ¿Qué será de las nuevas generaciones? ¿Cuánto tardarán los "pandenialls" en volver a volar? Ante la incertidumbre, buscamos refugio puertas adentro y transitamos la pausa. Replicamos la calma de ese cielo distante contándoles a nuestros niños otras historias para darnos ánimo. Una rutina de cuentos que ayudan a salir del encierro e imaginar mundos llenos de encuentros y abrazos. Otra forma de volar alto.