Mitos y verdades sobre la ficción
La simultaneidad entre el festival Basado en hechos reales (con videoconferencias de Emir Kusturica, director de un documental sobre Maradona, y la escritora Mariana Enriquez, entre otros) y el suceso de la cuarta temporada de la serie The Crown (con la princesa Diana, top 10 en Netflix) pone de manifiesto el gran tema de estos tiempos: el difuso límite entre realidad y ficción; o mejor, el gaseoso estado del principio de verdad.
La tapa de un tabloide británico esta semana lo ponía en letras catástrofe: funcionarios ingleses exigían a Netflix aclarar que la serie no es un documental, que es ficción. El ministro de Cultura se mostró preocupado porque los jóvenes crean que así fueron los hechos. Un medio americano de extendía en el argumento: claro que lo es; los actores son más bonitos y vistosos que la realeza de carne y hueso.
El pacto de verdad de la ficción parece forzar sus límites en biografías conocidas, gestos verosímiles y referencias reales. El resto, la parte más rica e interesante que lo rodea, al contrario de lo que nos es advertido legalmente, nunca es mera coincidencia.