Moyano y sus aliados salen fortalecidos
El sindicalismo opositor peronista ha aportado el paro y el clasista, los piquetes
La frecuencia histórica de los paros ha sido muy diferente en el país. En los cinco años y medio que gobernó Raúl Alfonsín, tuvieron lugar 13 paros generales y en los dos que lo hizo Fernando De la Rúa, 8. El radicalismo ha gobernado la cuarta parte del tiempo en algo más de 30 años, pero ha concentrado más de la mitad de los paros generales.
En las tres cuartas partes del tiempo que ha gobernado el peronismo en sus diversas expresiones, han tenido lugar menos de la mitad de los paros importantes (16 sobre 37).
Durante el gobierno de Néstor Kirchner, tuvo lugar un solo paro nacional, que en realidad no fue contra el gobierno, sino en repudio a la muerte de un docente en la represión de un conflicto en Neuquén. Durante el primer mandato de Cristina Kirchner no hubo ningún paro nacional -es el único período de cuatro años de gobierno en el cual no se registró ninguno-. Pero en los 28 meses de su segundo período, ya han tenido lugar dos.
Los dos gremios del transporte más importantes del oficialismo se sumaron a la medida de fuerza
Esta frecuencia se da por dos razones: la primera es política, la ruptura de Cristina con Hugo Moyano, y la segunda es socioeconómica, dado que es la primera vez que el poder adquisitivo del salario real ha comenzado a descender con el kirchnerismo en el gobierno.
Como sucediera el 20 de noviembre de 2012, el sindicalismo opositor ha logrado un paro exitoso en términos de que la gente no ha ido a trabajar. Como lo muestra la historia, el paro del transporte es la clave operativa de este éxito.
La singularidad es el éxito del paro como tal. Es que fue alcanzado cuando la mayoría de los grandes gremios no se ha sumado. Un detalle es relevante: los dos gremios del transporte más importantes del oficialismo (conductores de locomotoras y autotransporte) se sumaron a la medida de fuerza.
En términos sindicales tradicionales, el resultado político del paro es claro: Moyano y sus aliados salen fortalecidos y los dirigentes del sindicalismo oficialista, debilitados.
Pero el paro muestra también nuevos fenómenos en torno al sindicalismo peronista. La Federación Agraria Argentina, que representa a los pequeños productores del campo, se ha sumado a este paro como lo hizo al anterior, algo que no era usual en el pasado.
Los movimientos sociales conocidos como "piqueteros", que ya se movilizaron en apoyo a la huelga anterior, también lo han hecho en este caso.
El sindicalismo opositor peronista ha aportado el paro y el clasista, los piquetes
Lo más novedoso es la participación activa del sindicalismo "clasista y antiburocrático", organizado como fuerza nacional en marzo de este año y que, antes de que Moyano y sus aliados definieran la fecha, ya habían convocado su primera protesta nacional con movilizaciones y cortes de ruta en todo el país, para el 9 de abril.
Quizás lo más novedoso, sea esta convergencia. Este sector, que en los lugares de trabajo está en conflicto permanente con el sindicalismo peronista, ha coincidido con él por primera vez.
El sindicalismo opositor peronista ha aportado el paro y el clasista, los piquetes. El primero destaca la decisión de los trabajadores de sumarse al paro relativizando la importancia de los cortes de rutas, y el segundo - en cambio- destaca la importancia de la movilización.
Pero, en definitiva, este hecho singular evidencia una vez más la flexibilidad y adaptación que viene caracterizando a la dirigencia sindical tradicional desde hace décadas.
Hacia el futuro, es más probable imaginar nuevos paros nacionales que a Cristina y Moyano dialogando.