Narcotráfico: con el problema en las narices
La convocatoria del presidente Macri en Rosario a "trabajar juntos" para derrotar a los mercaderes de la droga debe traducirse en una política de Estado
LA NACIONEl hecho de que el presidente Mauricio Macri efectuara durante el acto central conmemorativo del 20 de Junio, llevado a cabo en Rosario, una mención al flagelo del narcotráfico en la Argentina debe ser visto como un dato positivo y como un compromiso personal con la resolución de este problema, que pese a encontrarse frente a nuestras propias narices, sistemáticamente fue ignorado en sus numerosos discursos públicos por Cristina Fernández de Kirchner, cuya campaña presidencial fue sospechosamente financiada por empresas vinculadas al oscuro negocio de la efedrina.
Quien hoy ejerce la primera magistratura expresó, frente al Monumento Nacional a la Bandera, que uno de los objetivos de su gestión es "trabajar juntos" para "derrotar al narcotráfico", que "tanto daño les ha hecho a Rosario y al país". En efecto, reconocer el problema y, especialmente, delante de quienes más lo vienen sufriendo es todo un progreso, al igual que convocar a enfrentarlo todos juntos. Cabe esperar, ahora, que esa convocatoria se traduzca en una política de Estado que esté al margen de cualquier interés partidario.
Durante las últimas décadas, y en especial en los últimos 10 años, el crecimiento y la diversificación de la producción, el tráfico, la comercialización y el consumo de drogas ilegales han sido significativos. Al respecto, el titular de la Unidad de Información Financiera (UIF), Mariano Federici, expuso ante la Comisión de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos y reveló que entre 2005 y 2015 creció alrededor de 800 por ciento la incautación de sustancias ilegales en el país. Pero el dato más alarmante apuntó a la corrupción dentro de las fuerzas de seguridad, que abre la puerta a una posible connivencia.
El citado funcionario de la UIF señaló, además, que en ese mismo período el consumo de cocaína y marihuana creció más del doble y que la Argentina pasó de ser un país de tránsito a uno que recibe y exporta drogas ilegales al mundo en gran escala. Respecto de la situación de las fronteras, Federici manifestó que están totalmente desprotegidas y que solamente el 17 por ciento se hallaba controlado por radar y protegido por un muy limitado sistema de defensa aéreo.
El último número del European Monitoring Centre for Drugs and Drugs Addiction (Emcdda) advirtió que la Argentina se convirtió en una de las escalas del tráfico de cocaína y metanfetamina que va hacia el Viejo Continente. Además, destacó que la comercialización desde el Cono Sur de América pone bajo la lupa el crecimiento de la influencia de Bolivia y Perú como fuentes de abastecimiento de cocaína. En el informe, la Argentina aparece mencionada como otro punto importante en el tráfico de metanfetaminas, el tipo de sustancias que, a mediados de abril último, provocó la muerte de cinco jóvenes durante una fiesta electrónica en Costa Salguero.
Por su parte, el presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Ricardo Lorenzetti, señaló en la III Reunión Nacional del Consejo de Seguridad Interior que "la situación del narcotráfico en la Argentina es mucho más grave que lo que sucedía diez años atrás", al tiempo que sostuvo que esta cuestión afecta no sólo a la sociedad, sino también a la economía y al país. "No puede haber diferencias políticas y partidarias ni discusiones menores. El crimen organizado ha enfrentado muchas veces a un Estado desorganizado. No puede ser que el crimen esté organizado y el Estado no", concluyó.
El titular del máximo tribunal también agregó que es necesario "coordinar las acciones entre el Poder Judicial, que es el que juzga, y las fuerzas de seguridad, que investigan y persiguen a los criminales", y que "no tenemos que echarnos las culpas unos a otros, porque el narcotráfico no respeta la división de poderes".
Ya no caben dudas sobre la presencia de organizaciones criminales transnacionales en nuestro país dedicadas, entre otras actividades, a la producción y al tráfico ilícito de estupefacientes. El narcotráfico es un flagelo que evoluciona y se incrementa día tras día, mientras se aprovecha de sus incalculables recursos para ampliar su ámbito territorial de actuación y sus beneficios económicos.
La posición de la Argentina en el circuito de las drogas ha cambiado paulatinamente a lo largo de los años, y no precisamente para bien. La expansión que viene experimentando el narcotráfico constituye una seria amenaza para la sociedad y las instituciones, por lo que deben redoblarse los esfuerzos para combatir sus devastadores efectos, y son para ello necesarias una firme y sostenida decisión de las máximas autoridades y la implementación de una política de Estado que termine con este drama. Toda demora es funcional a los objetivos de los narcotraficantes. La lentitud equivale a involución y quedarse de brazos cruzados o negar su existencia es indefensión.
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