Palabras escritas en la lengua del exilio
La antología 25 poetas argentinos contemporáneos. Los que se fueron compila la obra de autores que, por diversas razones, desarrollaron su obra en el exterior
En sentido figurado, se puede decir que los poetas son los exiliados de la lengua, o más bien de ciertos usos de la lengua. Mediante el desplazamiento que motivan la escritura y la experiencia poética, se configura un territorio, el del poema, que los lectores luego atraviesan con emoción y asombro. En otro sentido, más concreto, durante el siglo XX y los primeros años del XXI muchos poetas argentinos, por razones políticas, sociales o personales, se fueron del país para radicarse en el exterior. A diferencia de otros que volvieron, para ellos el exilio dejó de ser una situación transitoria para asumir una especie de permanencia paradójica, "despatria", como se lee en un poema de Martín Micharvegas, que vive en Madrid desde 1976. Su poema "Un hombre corre tras la verdad" integra 25 poetas argentinos contemporáneos. Los que se fueron(Papiro), nueva antología de poesía argentina publicada por Fundación Sales. Este cuarto volumen, a cargo del poeta salteño Santiago Sylvester, se suma a las antologías de poetas renovadores (al cuidado de Osvaldo Svanascini), poetas clásicos y neoclásicos (a cargo de Antonio Requeni) y de poetas de provincias, que también compiló Sylvester. Aunque los cuatro libros forman una colección única de cien voces, Fundación Sales publicará una segunda vuelta de cada tomo, donde se incluirán textos de otros cien escritores.
Para Los que se fueron, Sylvester eligió nombres ilustres de la cultura hispanoamericana, como "los tres Juanes" (Juan Rodolfo Wilcock, Juan Gelman y Juan Antonio Prenz); a escritores más conocidos por su obra narrativa o crítica, como Osvaldo Lamborghini, Luisa Futoransky, Andrés Neuman y Saúl Yurkievich, y también a poetas cuyas obras empiezan a ser valoradas en el país, como Daniel Calabrese, Sandra Lorenzano, Lisi Turrá y Noni Benegas. "El exilio político ha estado en el ADN de nuestro siglo XX, y todavía podemos recordar que salvar la vida, eludir la cárcel o la tortura son acciones que marcaron para siempre nuestra vida nacional. A esto se sumaron razones menos dramáticas, pero a veces tan urgentes como resolver dificultades económicas, laborales o de destino personal", reflexiona Sylvester en el prólogo. "Jardines del abandono", de la salteña Adriana Almada, que vive en Paraguay desde 1984, concluye así: "¿qué es el destierro sino este deambular por las superficies? / ¿qué es el destierro para las flores del aire?". El destino de los poetas en el exilio se teje en la superficie de la lengua.
"Para algunos, el deambular, expresamente asociado a distintas formas de exilio, conlleva una reflexión sobre las condiciones políticas del país de origen -escribe Mercedes Roffé en Glosa continua, ensayo que adopta la forma de una colección de fragmentos-. Para otros, la mirada no es tanto la de quien parte como la de quien llega, descubre un código y, al descubrirlo, no encuentra solo la extranjería, la parcialidad y el absurdo de ese código, sino también la parcialidad y el absurdo del código desde el cual mira: traspié, pasaje (más que llegada o partida), todo cuadro, marco, enmarque o frontera no encierra otro paisaje que el de una arena movediza". Para Roffé, que se instaló en Nueva York en 1985 y allí creó la editorial de poesía Pen Press, la migración plantea una pregunta por la lengua que hablamos y por la lengua que nos habla. Tres poemas suyos integran la antología.
En 1987, a los 23 años, el poeta y ensayista rosarino Edgardo Dobry llegó a Barcelona. "Estrictamente, nunca fui un exiliado: salí de la Argentina cuando ya había democracia y tuve la libertad de decidir si quería o no quería volver en cada momento posterior -cuenta el autor de Cosas y Contratiempo-. A decir verdad, nunca decidí irme del país; decidí, en cambio, quedarme en Barcelona, adonde había venido a pasar unos meses. Al haberme ido joven, siempre traté de tener una relación fluida con el ámbito poético argentino, que siguió siendo, para mí, la referencia. Y todavía en la actualidad buena parte de los interlocutores más importantes para mí son argentinos; algunos de ellos, como yo, viven en Europa hace años". A diferencia de otros poetas exiliados, la Argentina no aparece en sus textos como un desgarro o un mundo perdido.
"De lugar en lugar, de mundo en mundo. Buscándote. De un oficio a otro, buscándote. Con veinte años, con sesenta, buscándote", se lee en uno de los textos de José Viñals, el poeta nómade cordobés que murió en Málaga en 2009. Como él, Ricardo Potchar, José Muchnik, Mario Merlino, Bernardo Schiavetta, Pablo Urquiza, Laura Giordani, Diego Kovadloff, Arturo Borra y Carolina Jobbagy, con los que comparte hábitat en el libro publicado por Fundación Sales, también tuvieron que buscar sus propias poéticas en tierra extranjera.
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