Palabras para modelar un mundo
José Di Marco escribió los poemas que integran Lo que pudo ser (La Yunta) entre 2000 y 2010. Son piezas intimistas, donde la reflexión sobre la propia identidad, los desfases del amor, la evanescencia de la poesía (sus mecanismos y motores ocultos) son temas recurrentes. La escritura de Di Marco fluye a menudo (sobre todo en los primeros textos del libro) en forma de prosa poética. A veces la palabra es piedra que hay que sacar de la boca para extraer con ella la opresión de la amargura. A veces, en cambio, brotan las ganas de celebrar una cierta belleza serena: "Para mí/el día que se prolonga,/ bermejo y cálido,/ en la tarde de diciembre./ Y los gorriones,/ y el aroma del orégano,/ y el rumor oleoso de la noche".
En La cruzada de los niños (Universidad Nacional de Quilmes) Alejandra J. Josiowicz analiza los modos en que entendieron y representaron la infancia escritores y pensadores relevantes de América Latina.
La aproximación de la autora a su objeto es tanto estética como política. La infancia -categoría que, nos recuerda, en Europa y Estados Unidos vio la luz durante los siglos XVIII y XIX- sugiere una metáfora de lo que comienza, de lo que es todo potencia y promesa de futuro (y allí se puede inscribir un proyecto político o el diseño de una nación), a la vez que implica un lenguaje definido (a menudo creado por los adultos para interpretar el mundo del niño) y por lo tanto un conjunto de elementos estéticos.
Apoyada en nociones de biopolítica que acuñó Foucault, Josiowicz estudia especialmente la obra de José Martí, Clarice Lispector, Horacio Quiroga y Mário de Andrade. Cada uno de estos escritores le permite desarrollar los cuatro ejes fundamentales de su investigación. Así, el encumbramiento del niño como "rey" del hogar se despliega siguiendo los escritos de Martí; la incorporación de la infancia a la tutela de los Estados nacionales (escolaridad obligatoria, producción de leyes en torno a la figura infantil) se acompaña con la lectura de Quiroga; los programas de higiene (salud física y moral del niño), encuentran resonancias en las indagaciones de Mário de Andrade, y los cambios en los roles de género y los modelos de crianza se ilustran con el trabajo de Lispector. De esa manera la autora traza un arco temporal que comprende una centuria (de fines del siglo XIX a fines del siglo XX) para iluminar problemáticas que siguen siendo actuales.