Perspectiva
Kluetz, Alemania.- Sin darnos cuenta, no reparamos muchas veces en la seguridad que nos brinda el entorno que nos rodea. Para aquel acostumbrado a las grandes ciudades puede ser una fuente de desasosiego encontrarse solo, en medio de la nada. En cambio, para aquellos acostumbrados a vivir en comunión con la naturaleza, es muy probable que experimenten una fuerte sensación de hostilidad si deben sobrevivir en una metrópolis. Las nubes plomizas de la imagen amenazan con una inminente tormenta. Y la mujer que se desplaza en soledad por el sendero cuenta nada más que con la protección de la copa de esos árboles tan prolijamente dispuestos. Imposible saber si está disfrutando del paisaje o si la invade el desamparo. Está en cada cual imaginarse si siente desolación o cobijo. Pero sí es ineludible que lo que percibamos esté teñido por lo que nos pasaría a nosotros si estuviéramos en su misma situación.