Piedra libre para "zapatitos blancos"
La designación de Gustavo Beliz como funcionario tuvo un doble sentido. Por un lado, se trató de una provocación de Alberto Fernández al reconocer a uno de los hombres más resistidos por el kirchnerismo histórico. Por el otro, llamó la atención el ambicioso cargo para el que era nombrado: secretario de Asuntos Estratégicos de la Presidencia, una auspiciosa apuesta a pensar en cuestiones estructurales y de largo plazo.
Hoy nada más queda del hombre que en los primeros meses mejor llegada tenía al Presidente para hablar temas de fondos. Hace tiempo que no aparece en público ni está al frente de gestiones sensibles. Se agotó de las tareas inconclusas y del "vamos viendo" de Alberto. "Qué querés que haga si yo acerco empresarios al Gobierno que después los putean", reprodujo una conversación un funcionario que conversó con él hace poco. Lo último que se supo de Beliz es que encabezaría el promocionado (y ya desgastado) Consejo Económico y Social, cuya primera reunión sería en enero. Quizás reaparece.