Política, deporte y la revancha de Macri
Todo deporte es político. Y la política también es un deporte (muchas veces extremo). La relación de esos mundos siempre ha sido fluida y compleja, noble y perversa, seria y grotesca. Nada nuevo. Disputas de poder por distintas vías.
Y en estos días en que los Juegos Olímpicos de Invierno sirven para enfriar los odios entre las Coreas enemigas, la política volvió a una cancha de fútbol argentina. Todo un estadio insultó a Macri . Una novedad, en particular; historia repetida, en general. La rivalidad entre San Lorenzo y Boca (el equipo del Presidente), un pésimo arbitraje, la influencia macrista en la AFA, las oscuridades del fútbol argentino, más de 400 días de liderazgo boquense, ¿explican lo que pasó? Solo en parte. Difícil desvincularlo de la caída en la imagen presidencial y cierto cambio de humor social. Juego de poderes.
Macri busca revertir el resultado y el deporte siempre da revancha. Por ahora, Rusia queda lejos, pero en su agenda Moscú es mucho más que el reciente destino de un viaje oficial. Por eso, ya empezó a rezarle a Sampaoli.