Preocupación por la crisis
MEXICO D. F.- En casi nada varía la posición del gobierno de México, más allá de su apoyo a la Argentina, de la prédica frecuente del FMI, del G-7 y de George W. Bush: el gobierno de Eduardo Duhalde debe elevar una propuesta sólida, de modo que sus reclamos sean atendidos cuanto antes, según dijo a LA NACION el presidente Vicente Fox.
La crisis argentina, así como la brasileña, como consecuencia de una posible victoria de Lula en las elecciones presidenciales de octubre, preocupa en México, pero, según Fox, no contagia. En forma directa, aunque el secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, haya hablado de la argentinización de la economía, cual amenaza, en caso de que el Congreso, dominado por la oposición, no encare una reforma fiscal propuesta sin suerte por el gobierno.
México no ha acusado el impacto de las crisis sudamericanas, según Fox. Su problema radica en que sean puestas en la misma canasta todas las economías. Sobre todo, en momentos en los que se prevé una baja en la inversión regional del orden del 30 por ciento.
Menudo escándalo armó Gil Díaz, sin embargo, en su comparecencia ante el Congreso. Al punto que Fox, en vísperas de viajar a Brasil, la Argentina y Uruguay, debió rebatir sus conceptos. O, en cierto modo, descafeinarlos, ponderando la fortaleza de la economía mexicana frente a los avatares sureños.
Modelo fracasado
Si de contagio se trata, varios factores pudieron contribuir al nerviosismo de los mercados: la Bolsa Mexicana de Valores registró su primer saldo negativo en el año. En coincidencia con el alza del dólar en México y en Buenos Aires, y del riesgo país en Brasil, así como con la caída del dólar frente al euro, el adiós a la flotación en Uruguay y las depreciaciones en Chile, Perú y Venezuela. En coincidencia, asimismo, con factores políticos domésticos.
"Está claro que el modelo sudamericano ha fracasado -dice a LA NACION el economista Raúl Feliz, del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE)-. Veo que la Argentina pulveriza su moneda, a casi cuatro pesos por dólar, y que no tiene exportaciones. Tampoco era negocio en su momento, con la caja de convertibilidad. La diferencia con México, con el sistema de flotación desde la crisis del tequila, radica en la integración con la economía de los Estados Unidos."
De ahí que Fox haya pedido, después del riesgo de una eventual argentinización esgrimido por Gil Díaz, que sea valorada la estabilidad económica. Y que no cunda el pánico por la suba del dólar ni por la venta de activos del Estado, como la Aseguradora Hidalgo (Ahisa), la mayor aseguradora de vida del país, transferida en 962 millones de dólares a la norteamericana MetLife, y la venta de un 11 por ciento de las acciones del mayor banco del país, BBVA-Bancomer, en 849 millones de dólares.
"Siempre nos queda el petróleo, favorecido este año por precios altos", dice Feliz. Pero el petróleo, Pemex en realidad, es algo así como parte de la soberanía: no se toca. Ni intención de tocarlo tuvo Gil Díaz cuando dijo en el Congreso: "Yo atribuyo más bien los problemas de la Argentina a que durante varios años estuvo, como lo estamos haciendo nosotros ahora, financiando la insuficiencia de ingresos con los ingresos de las privatizaciones". Un futuro no deseado, según Fox.