¡Punto para Massa!
“Massa está teniendo un gran comienzo de gestión”. (De Juan M. Steverlynck, lector de LA NACION.)
La semana tuvo tres protagonistas de peso: el adolescente que puso en serios apuros a Jorge Capitanich, en el Chaco; el lector de LA NACION Juan M. Steverlynck, que nos abrió los ojos sobre el minuto de gloria que vive Sergio Massa, y el propio ministro de Economía. Ni Cristina con su stand-up en YouTube, ni el fiscal Luciani con su histórico alegato, ni Alberto con su paso tragicómico por TN les llegan a los talones.
Lionel Schroder es el chico que le dijo en la cara a Capitanich que “la Argentina es un país rico donde la gente es pobre y depende de charlatanes” y que, en vez de preocuparse por habilitar un baño para adolescentes trans, se ocupe de la clase media que se empobrece y de los jóvenes que se tienen que ir del país porque acá no ven futuro.
Nuestro lector Steverlynck felicitó a Massa porque, “a semanas de asumir, ya la Justicia ha pedido cárcel efectiva para los corruptos, tal como él pregonaba” cuando en 2015 decía que los iba a meter presos y que jamás volvería a aliarse con el kirchnerismo.
Y nos queda referirnos al propio Massa, que uno podría pensar que anda penando por los rincones porque toda la semana casi no se habló de él en los medios. De ninguna manera: el tipo debe estar celebrando en sordina que, mientras todos nos ocupamos de Cristina y Alberto, él pudo avanzar con el ajuste; redujo los presupuestos de salud y de educación sin que nadie diga “ay, pero Sergio”; avanzó con las subas en luz, gas y agua desde este mismo mes para consumo domiciliario y comercios, con críticas a beneficiarios de los subsidios que había implementado urbe et orbi el propio kirchnerismo; preparó un cepo mayor para las importaciones; confirmó que no se bajarán retenciones ni se reducirán impuestos; se apareció de sorpresa en una reunión de Coninagro para ver qué onda; analiza el pedido de un nuevo préstamo al FMI en busca de respiro para la alta inflación que lleva siete semanas consecutivas por encima del 1,5 –cosa que no ocurría desde hace casi una década–, y alertó sobre nuevas cargas fiscales para los servicios de streaming, que si bien no es un tema de altísima política, resulta crítico para los que buscan en Netflix alguna serie que los distraiga del desaguisado nacional y popular.
Finalmente, se publicó su resolución por la que congela las contrataciones de la planta y de las empresas y sociedades del sector público, así como privadas prestadoras de servicios al Estado, decisión que viene a sumarse a la de Silvina Batakis -la que era ministra de Economía, ¿la recuerdan?- para que no se tomen más empleados en el Estado mientras en el Boletín Oficial los blanqueaban a lo loco.
Pero volvamos a Sergio, el versátil, y cerremos esta reflexión con el remate de la carta de nuestro lector: “Esperemos ahora que, para reducir el gasto público, Massa cumpla con su promesa de barrer a los ñoquis de La Cámpora”, a los que tildaba de “parásitos” hace apenas unos añitos cuando quería ser presidente.