¡Qué presidente nos perdimos!
“La Argentina es un hermoso autobús turístico al que las ruedas no le están funcionando”. (De Marc Stanley, futuro embajador de EE.UU. en el país.)
Marc Stanley, futuro embajador estadounidense en la Argentina, es un poeta. Ve a nuestro país como un hermoso autobús turístico al que las ruedas no le están funcionando bien. Es la metáfora más elegante que debe haber encontrado para decir que no tenemos arreglo, especialmente ahora que FATE avisó que por culpa del Banco Central no asegura la provisión de neumáticos.
Un autobús que hace rato transita por la ruta de los cepos (al dólar, a las exportaciones, a las pymes, a las libertades individuales); que pasa de largo en estaciones como la inflación, acelera en la de los precios y se afianza en la de la recesión. Un bondi con dólar turista para el argentino que cada vez menos puede concretar un viajecito, pero libre de exigencias para el extranjero al que cada día se le piden menos resguardos para ingresar en nuestra querida Argentina pandémica.
Un micro de larga distancia pero con mirada corta, al que suben decenas de empresas para irse del país. Un doble altura en el que abajo viaja el sopapo de las PASO y arriba el festival de platita sin respaldo para intentar no tener que poner la otra mejilla.
Un bólido que ya superó el 40% de pobreza y que va hacia la cornisa del control de precios, pasando por las estaciones Más Gasto, Más Déficit, Justicia Amiga y Corrupción Saldada, con conexiones en los parajes Los Brasileños Vienen de la Selva y Los Mexicanos Vienen de los Indios, después de haber clausurado el mojón Baby Shower en Olivos.
Los grafitis a lo largo del recorrido ponen una nota de color al viaje. Entre salto y salto del pavimento se lee “No siempre al que madruga Manzur lo ayuda” y “El aforo es para el otro”.
Cómo dejar de mencionar en este periplo hechizante las pantallas publicitarias que anuncian todo tipo de planes y subsidios: Progresar, Alimentar, Argentina hace, PAE, PEI, PAU, AUE, AUH, IFE y aserejé-ja-dejé de jebe tu de jebere an de güididípi. Todo bajo la ley de solidaridad social y reactivación productiva.
“¡Qué presidente nos perdimos”, ironizó José Luis Espert al evocar un viejo video de Alberto de 2013 cuando criticaba el aumento de planes sociales, la emisión de dinero a lo loco y que Cristina mandara a La Cámpora a controlar precios.
En cambio, qué gran presidente tenemos: hasta cuenta con una estatua en la que se lo ve tocando la guitarra al lado de sus perros Dylan y Prócer, erigida en Formosa, cuyos hilos maneja Gildo Insfrán: ¡flor de gobernador!