Qué saben los jóvenes de fechas patrias
Jorge Horacio Gentile Para LA NACION
CORDOBA.-Hice esta encuesta junto con mi jefa de trabajos prácticos Natalia Sabrina Kenis en el curso de tercer año de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica de Córdoba: el 11 de marzo, en la primera clase del año, les pregunté a 45 alumnos (de 20 a 25 años) lo que sabían sobre el Bicentenario. Obtuve los siguientes resultados:
A la pregunta sobre qué se conmemora en el Bicentenario, un alumno respondió: "La creación de la Constitución". Otros seis alumnos, "la declaración de la Independencia"; trece directamente no contestaron, y 25 respondieron que el primer gobierno propio, o "la Revolución de Mayo".
Al tratar de establecer quién fue Cornelio Saavedra, 28 alumnos dieron sin mayores detalles en la tecla al decir que fue integrante de la Primera Junta, pero nueve no contestaron, seis alumnos dijeron que había sido "un presidente", y otro "el fundador de Córdoba", lo que supongo -por lo absurdo de la respuesta- que fue un chiste, aprovechando el anonimato de la encuesta.
Cuando les pregunté sobre qué conmemora el feriado del 25 de Mayo, a qué año corresponde y dónde ocurrió lo que se conmemora, dos alumnos respondieron "la independencia patria", cinco no contestaron y 38 anotaron "la Primera Junta". De éstos, sólo 15 dijeron correctamente que el 25 de Mayo correspondía al año 1810, y la misma cantidad de encuestados, que había tenido lugar en Buenos Aires.
También pregunté sobre qué se conmemoraba el 9 de Julio, a qué año correspondía y dónde había ocurrido lo que se celebraba ese día. La respuesta de 30 alumnos fue la acertada: la Independencia, acaecida en Tucumán, pero 15 confundieron la fecha con la de la Revolución de Mayo, y el año que indicaron -equivocadamente- fue 1810.
De lo relevado en esta muestra se puede concluir que nuestros chicos -y no sólo mis queridos alumnos de la Universidad Católica- carecen de conocimientos básicos respecto de la nación a la que pertenecen, lo que atenta seriamente contra su identidad ciudadana. Esto denota graves fallas en el sistema educativo, que es necesario reparar cuanto antes.
Se trata de personas que pronto deberán asumir, como futuros abogados, jueces, legisladores, fiscales, docentes o expertos en Derecho, un liderazgo en la sociedad, donde proyectarán las carencias ahora detectadas. Digo "pronto" porque están en el tercer año de una carrera que dura cinco.
Desgraciadamente, los estudiosos de la historia han discutido tanto sobre lo que pasó en el Cabildo de Buenos Aires aquel glorioso 25 de mayo de 1810 -muchas veces para justificar posturas ideológicas o decisiones políticas actuales- que han desfigurado, en la memoria colectiva, el sentido de lo que quisieron, hicieron y resolvieron los hombres de Mayo.
Lo que decidieron, y lo que estamos celebrando 200 años después, fue el establecimiento de un primer gobierno patrio, ante el cese de la autoridad del monarca español, el Borbón Fernando VII (y, en consecuencia, de su alter ego en Buenos Aires, el virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros) por causa de la invasión del ejército napoleónico a España.
Dicha Junta fue elegida por voluntad del vecindario de Buenos Aires (lo que fue el primer ejercicio de la democracia en nuestra historia). Como "hermana mayor" del resto de las ciudades y provincias que integraban el Virreinato del Río de la Plata, Buenos Aires comenzó a regir los destinos de los pocos habitantes que vivían en estas despobladas y lejanas tierras del mundo.
Este primer y rudimentario ejercicio de la voluntad popular para designar a quienes nos debían gobernar -la Junta, presidida por Cornelio Saavedra- fue el primer paso para lograr más tarde la Independencia, que se declararía, seis años después, en Tucumán -el 9 de julio de 1816-. Cuarenta y tres años después llegó la definitiva organización nacional, con la sanción, en Santa Fe, de la Constitución Nacional, el 1º de mayo de 1853.
En vísperas del Bicentenario, se torna imprescindible y urgente que el sistema educativo -en todos sus niveles-, los medios de comunicación, las familias y las sociedades intermedias procuren cubrir estas lagunas que muchos jóvenes, y no tan jóvenes, tienen en su memoria respecto de lo que fuimos y de lo que somos.
Para no equivocarnos en lo que queremos, para nosotros y para nuestra posteridad. © LA NACION