Quiere trabajar, no “platita”
Miguel Emilio Delucía, 55 años, habitante de La Matanza, desocupado desde hace tres años, había empezado a fabricar en su garaje placas antihumedad. Cuando cerró todo por la pandemia se fundió y su esposa, que trabajaba en un salón de fiestas infantiles, fue despedida. Vendieron las máquinas del pequeño emprendimiento y hasta las bicicletas. Se mantuvieron estos meses con ahorros, que ya se extinguieron, y hoy sobreviven con ayuda familiar.
Miguel no se dio por vencido: le escribió desde al Presidente al gobernador Kicillof, pasando por Sergio Massa, Juan Grabois y varios ministros. Nadie le contestó. En la Anses le dijeron que, aunque tiene 34 años de aportes, no cuenta con edad suficiente para jubilarse y tampoco entra en ninguna de las múltiples categorías de ayuda social. “Eso lo manejan intendentes y movimientos sociales”, le informaron.
El caso de Delucía se multiplica por cientos de miles en el conurbano bonaerense: pequeños emprendedores que quedaron a la intemperie y se desesperan por volver a conseguir su propio sustento, ya que no quieren “platita”, sino ganársela. Su mail es miguel.delucia@hotmail.com. Busca trabajo, no limosnas, algo que al Gobierno le está costando entender.