Recreo en el Vaticano
¿Estarán criticando al jefe como hacen todos los empleados del mundo cuando se los deja solos? ¿Será pecado en el caso de ellos? Los rostros parecen demasiado adustos como para estar hablando del partido de la noche anterior o de lo que hicieron durante las vacaciones. Los asistentes de los departamentos del Papa se toman un recreo mientras Su Santidad se dirige a la audiencia general de los miércoles y no parecen muy contentos. El mayor de ellos parece estar atento a que nadie diga una palabra de más. Es muy probable que haya servido a varios papas, y en su cabeza compare a unos con otros. Pero no parece estar dispuesto a compartir esas impresiones con sus compañeros más jóvenes. O tal vez esa presencia fresca de nuevas generaciones lo transporten en el tiempo y lo muevan a pensar que ya lleva demasiado tiempo en el Vaticano. Al fin y al cabo, hasta trabajar para el representante de Dios en la Tierra en algún momento puede volverse ingrato.