Reseña: Mucho que contar, de Ricardo Sáenz
De los dieciséis relatos que componen Mucho que contar, el libro del fiscal Ricardo Sáenz, los tres primeros enlazan recuerdos personales del autor sobre su infancia y adolescencia. En conjunto reflejan una gran fuerza emocional, en especial "Mar de luna", un conmovedor homenaje a su hermana Mabel, muerta en 2016.
Dentro de las ficciones se destaca "La regla de madera", el sombrío retrato del antipático encargado de la mesa de entradas de una fiscalía, "un tipo imposible de ser querido, valorado o aceptado".
Otras narraciones de la obra –prologada por Federico Andahazi y primera incursión en el género de Sáenz analizan el peso de la responsabilidad individual y las consecuencias de las elecciones equivocadas en el destino de las personas ("Creer o reventar", "Tarde equivocada"), o plantean un dilema moral como en "La oportunidad" cuyo protagonista se ve tentado de hacer "una truchada para ganar buena plata". La disyuntiva que debe resolver la abogada de "Tres dedos", en cambio, pone en conflicto su futuro laboral con su relación de pareja.
Los últimos y los primeros momentos de la vida de Gino, hijo de inmigrantes, transcurren en dos relatos signados por la resignación y la nostalgia: "Los escucho de los dos lados" y "Tercera clase".
Excepto "PAN AM. Vuelo 628" (el encuentro de dos extraños que adoptan identidades falsas) y "Los cositos para untar" (una divertida sátira sobre los reclamos de una mujer), el resto de las historias se internan en un terreno decididamente romántico donde hay fatalidades, desencuentros amorosos y reencuentros que no siempre terminan bien.
MUCHO QUE CONTAR
Por Ricardo Sáenz
El Cuento de Nunca Acabar. 207 págs./ $ 700
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