Si Kosovo es la mecha, Albania es la bomba
Tirana.- (The New York Times) CUANDO los futuros arqueólogos estudien Albania, seguramente se preguntarán qué clase de terremoto ocurrió aquí en 1990 que produjo esta extraña torta que es hoy Albania. Encontrarán los bunkers de concreto de la época comunista decorados con graffiti como: “Amo a Leonardo DiCaprio”. Hallarán también un edificio de Tirana que da a un estacionamiento, lleno de Mercedes robados (se dice que el ochenta por ciento de los automóviles de la Albania actual fueron sustraídos en algún lugar de Europa), y donde todavía se leen slogans descoloridos del antiguo régimen stalinista de Albania tales como: “La organización es la base en la que se asienta el partido”.
Encontrarán un país donde "asalto en la ruta" no es una metáfora sino un acontecimiento cotidiano, principalmente porque Albania apenas se ha repuesto de la anarquía de marzo de 1997, cuando la economía, que estaba dominada por esquemas piramidales, colapsó perjudicando los ahorros de mucha gente, al igual que al gobierno. Encontrarán, por otro lado, una Albania donde la estafa al fisco es tan desmesurada que entre los mayores contribuyentes de todo el país, el número 35 es una pizzería norteamericano-albanesa ubicada en el corazón de Tirana.
Hallarán un país donde los contadores Coopers & Lybrand están auditando el trabajo de Deloitte & Touche, empresa que ha sido contratada para liquidar el esquema de pirámide. Mientras tanto, en las calles aledañas a estas firmas occidentales, se escuchan habitualmente tiroteos entre bandas rivales que no comprenden los códigos de Coopers y Deloitte y que creen que "liquidación" es algo que uno les hace a sus enemigos.
Los arqueólogos supondrán que Albania debe haber sido un lugar muy pobre y frágil, en el cual la apariencia de civilización y legalidad era muy endeble. Y estarán en lo cierto.
Esto es fundamental de tener en cuenta cuando se piensa en Kosovo, provincia vecina de Serbia y habitada profusamente por albaneses, miles de los cuales han sido enviados hacia Albania por Serbia, en los últimos meses.
Cualquier intento de Serbia de realizar una limpieza étnica de albaneses en Kosovo debe detenerse, no sólo por el desastre humanitario que representa, sino porque podría desestabilizar a toda Albania.
La economía albanesa no puede soportar a miles de refugiados y sus políticos no pueden ser involucrados en la campaña de la Gran Albania, campaña que el detestable ex presidente Sali Berisha (que administra su feudo privado en el norte dominado por bandoleros) está tratando de alentar como medio para volver al poder.
"Hoy Albania está dividida en dos tendencias políticas", manifiesta el escritor albanés Fatos Lubonja. "Una es una suerte de nacionalismo romántico que habla de ayudar a nuestros hermanos de Kosovo. La otra es realista y habla de un gobierno débil y de gente harta con el país y que sólo piensa en irse".
Si la lucha en Kosovo no se detiene, hay gente que manipulará la tendencia nacionalista para desestabilizar al nuevo gobierno y eso conducirá a una explosión.
Ciertamente, como puntualiza uno de los máximos expertos norteamericanos en la problemática de los Balcanes, Herb Okun, "Bosnia implosiona mientras Albania estalla".
Bosnia estaba cercada por dos potencias más grandes -Serbia y Croacia-, que deseaban comprimirla para poder devorarla.
Albania no tiene paredes tan fuertes que la protejan.
Gran número de albaneses están dispersados por la misma Albania y por las vecinas Macedonia, Kosovo, Montenegro y Grecia.
Una guerra en Kosovo que dispare el separatismo albanés y la inestabilidad en Albania podría fácilmente extenderse a los otros países, poco estables. Por eso Kosovo es el disparador y Albania la bomba.
Entonces, ¿qué se puede hacer? Recientemente, el show aéreo de la NATO en Serbia fue un comienzo. Porque, finalmente, está claro que este vecindario no puede resolver, por sí solo, el problema de Kosovo en forma pacífica.
La única solución diplomática posible requiere de controles internacionales permanentes, instalados dentro de la zona en conflicto para asegurar que los serbios reparen y mantengan la autonomía política y cultural de los albaneses de allí, junto con monitoreos en la frontera Albania-Kosovo, para evitar que los separatistas de esta última puedan contrabandear armas y forzar su propia solución militar.
Se trata de un vecindario con muchas fantasías: la Gran Serbia, la Gran Macedonia, la Gran Albania, la Gran Croacia, el Gran Islam. Si se los deja que actúen por su cuenta, producirán la Más Grande Explosión.
(Traducción de María Elena Rey)