Massa y los K, entre el rencor y la ansiedad
La cercanía de fin de año tiene un efecto determinante sobre las conductas de los argentinos. Se deponen viejos rencores y se recrean ilusiones de una infancia idealizada en la casa familiar, donde el abuelo mitificado reunía a todos.
Casi toda la disfuncional familia peronista suele honrar esa tradición (tal vez por miedo a perder la herencia) y vuelve, una y otra vez, a pergeñar un gran reencuentro, que, con el devenir de cada año, termina en el cajón de las ilusiones perdidas.
Quien mejor interpreta esa pulsión es Sergio Massa . Desde 2015 se empeña por esa foto junto al kirchnerismo , que, una vez pasada la resaca, lo atormenta. Lo hizo en 2016 por Ganancias, lo repitió en 2017 con la reforma previsional y acaba insistir por un lugar en la Magistratura. Siempre tiene un motivo real para brindar. ¿Seguirá teniéndolo durante el año electoral ?
Si, como lo definió Beatriz Sarlo , a Néstor Kirchner lo dominaba la audacia y el cálculo, ¿a Massa lo impulsa el rencor (a Macri) y la ansiedad (por no perder otro tren)? Aires de familia.