Sombrero
JERUSALÉN.- Una mañana de comienzos del siglo pasado, cuando caminaban por la Puerta del Sol, en Madrid, un grupo de mujeres se dispuso a quitarse el sombrero. Era toda una provocación por una doble razón: descubrirse de esa prenda retaba los hábitos de la época, pero además eran mujeres, aunque estaban, también, Federico García Lorca y Salvador Dalí. Las muchachas pertenecían a la Generación del 27. Estaban las pintoras Maruja Mallo y Margarita Alonso, pero el conjunto de Las Sin Sombrero (así se las conoció) incluyó a otras voces de la literatura y la filosofía. A su paso, algunos paseantes las apedrearon e insultaron a viva voz. El gesto, corrosivamente moderno y propio de las vanguardias, sembró la simiente de un temprano feminismo. Contribuyeron con ese movimiento incipiente, pero la historia les dio un lugar modesto. Un simple sombrero fuera de lugar quiere ahora hacerles -ojalá- justicia.