¿Somos novios o qué?
Antes eras un fato, una simpatía, un amigovio. Algunos estudios muestran que las nuevas generaciones ya no quieren “etiquetarse”; aceptan el romance, pero se muestran más pragmáticas. “Se cubren las necesidades de sexo, intimidad, compañía, pero esto no significa que vaya a haber un futuro a largo plazo”, dice Elizabeth Armstrong, profesora de sociología de la inefable Universidad de Michigan.
Antes eras una historia, una novia, el chico con el que salías. Ahora se lo llama “situationship”, algo así como “estar en una situación”. En una zona gris, o de todos los colores, menos blanco o negro. Sin definir relaciones, sin necesidad de llegar a algún lado.
Antes eras la media naranja, un compañero, la madre de sus hijos. Las parejas postmillennials tratan de escaparse de la historia. Pero para los anglosajones “estar en una situación” es estar en un peligro y el amor es, verdaderamente, una dificultad.
Parafraseando a Borges: “Es el amor. Tendré que ocultarme o huir”. O ponerle nombre.
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¿Hay un cambio real en esta tendencia? La situacionship “desafía la escalera mecánica de las relaciones”, explica Armstrong. “Desafía la idea de que las parejas íntimas deben tener una estructura lineal con el objetivo de alcanzar hitos como la cohabitación, el compromiso y el matrimonio”.