Soñar despierto
Como en "Las ruinas circulares", del gran Borges, Ayesha es un sueño que ha vuelto a despertar. Varios chicos, llamados a destacarse con los años, pergeñaban una revista literaria refugiados en un aula del Colegio Sarmiento, en plena dictadura militar. Guillermo Kuitka, Fabián Lebenglik, Eduardo De Simone y Alejandro Margulis lograron publicar siete números entre 1978 y 1980. A pesar de lo pequeño del emprendimiento, hablar de un libro prohibido de Cortázar y, peor, publicar las Cartas eróticas, de Joyce, les valió sendos secuestros de algunas de sus modestas ediciones por un "comando de moralidad".
El inesperado despertar, 37 años después, tiene un toque de azar romántico. ¿El disparador?: una tesis universitaria de Margulis, y, de pronto, Ayesha -nada casual el nombre del personaje mitológico y ¿feminista? de la tetralogía de H. Ridder Haggard- vuelve a materializarse en estos tiempos de dispositivos urgentes, no lectura y emojis.
El reestreno de la revista fue a fin de año y acaba de salir un nuevo número. En esta segunda época, cada edición viene acompañada de un libro. ¿O es un libro acompañado de una revista? Ayesha busca impulsar a los inéditos. Como en el cuento de Borges, el que sueña es soñado.