Suerte
"Los tres consejos que le daría a Kirchner son: fuerza, equilibrio y suerte, aunque la suerte es en realidad un deseo. Acá (se agarra del sillón) siempre se necesita suerte."
(Del presidente saliente, Eduardo Duhalde.)
"La suerte de la fea la linda la desea", dice un refrán antiquísimo y por completo inapropiado para referirse a la pareja despareja que han venido formando hasta aquí los doctores Kirchner y Duhalde, ya que todos, sin distinción de banderías ni afeites, necesitamos un poco de suerte. Si la suerte es importante para los presidentes, imaginen cómo será de decisiva para quienes tuvimos la suerte de no llegar a serlo. Cuando llega una racha desfavorable, las personas del común suelen ser despojadas de todos sus bienes, incluidos por supuesto los sillones, y sólo les queda agarrarse la cabeza antes de que eche a rodar alegremente por el suelo.
Hubiera sido más amable que Duhalde nos deseara suerte a los sufridos súbditos. Es como cuando nos llevan en camilla rumbo al quirófano y un médico que pasa dice al cirujano que en pocos minutos más nos abrirá en dos partes: "Mucha suerte, doctor". Por supuesto, ojalá la tenga, pero no hay que perder de vista que un eventual desaire de la diosa Fortuna sólo privaría al arrojado profesional de su prestigio, pero a nosotros nos dejaría sin algunos órganos con los que nos habíamos familiarizado y con los que nos sentíamos bastante a gusto.
Como pacientes de múltiples dolencias a punto de comprobar en carne propia cómo anda con los dados y con el bisturí el flamante presidente, le deseamos desde el fondo de un corazón todavía en funciones que tenga la suerte de ser un hombre honesto, la suerte de ser al mismo tiempo audaz, valiente y equilibrado, la suerte de contar con mucho talento de administrador y de estadista, la suerte de no rodearse de indeseables, la suerte de ser firme pero no rígido, la suerte de poder echar mano de lo aprendido y estudiado. Si todo esto se cumple y si no deja que el azar meta la cola por ningún otro lado, Kirchner redondeará sin dudas una gestión afortunada.