
Terminar con las apuestas online de los adolescentes
La conectividad de los niños, niñas y adolescentes brinda un sinfín de posibilidades y comodidades. En la escuela, por ejemplo, los chicos acceden a información y buscan datos que sirven para nutrir la clase. En cuanto al contexto familiar, los padres sentimos la tranquilidad de poder saber en dónde están o qué están haciendo. Incluso las relaciones con sus pares han mutado para convertirse en relaciones híbridas entre el mundo real y el de las nuevas tecnologías.
Sin embargo, sabemos que son muchos los riesgos que el uso de la telefonía celular genera cada vez a más temprana edad. Numerosos estudios dan cuenta del impacto negativo que tiene en el fomento de la creatividad, las relaciones interpersonales, la vida al aire libre e incluso en el desarrollo del lenguaje oral. También su impacto en conductas vinculadas con la ansiedad, el ideal de belleza o éxito y la ludopatía.
La pandemia no colaboró, sino que sirvió para poner en evidencia de manera más clara estas dos caras de las nuevas tecnologías. Por un lado, el acceso a clases, el contacto con amigos y familiares; por el otro, el acceso a un mundo desconocido por chicos y por grandes: el de las apuestas.
Muchos chicos no logran entender el riesgo que hay detrás de este tipo de prácticas disfrazadas de juegos: apuestan sobre resultados de partidos de fútbol, sobre rendimiento de deportistas e incluso las versiones digitales de las maquinitas tragamonedas y ruletas que existen en los casinos. Cuando se dan cuenta del riesgo, es tarde.
Lo primero que hay que entender es que no estamos hablando de juegos en línea, sino de apuestas. Un mecanismo que fomenta el estímulo de recompensa generando que el cerebro de los adolescentes libere dopamina asociada con el placer de la respuesta rápida.
La satisfacción de ganar, de tener éxito en cuestión de segundos convive con la frustración, cada vez que se pierde, y el aumento de los niveles de ansiedad. Se genera un clima de estrés y en muchos casos de insistencia para lograr ganar, una y otra vez, que se termina convirtiendo en una ludopatía.
Los padres creen que con los controles parentales programados en los teléfonos de sus hijos alcanza. No tienen en cuenta que muchas de estas plataformas logran burlar estas restricciones apareciéndose como publicidad al finalizar un video o para ganar una vida en un juego online que se presenta como apto para su edad.
Por eso el Estado tiene que estar presente, controlando y restringiendo el funcionamiento de sitios peligrosos, pero también brindando información clara a los menores de edad, sus padres y docentes, sobre los riesgos de este tipo de prácticas.
La forma en la que los chicos acceden a este tipo de plataformas de apuestas online es múltiple, algunos lo hacen “truchando” datos, creando perfiles falsos para saltear las “escasas medidas de seguridad” que la mayoría de ellos presenta. De este modo apuestan, en muchos casos con dinero de sus padres, roban los datos de sus tarjetas de créditos con la intención de volverse ricos en 10 minutos. Claramente eso no ocurre: se endeudan y se frustran.
Debe prohibirse en la provincia de Buenos Aires el ingreso de los menores de edad a sitios de apuestas online, y prevenir y concientizar sobre la ludopatía en las infancias y adolescencia. Para registrarse las personas tendrán que aportar datos personales reales, que deberán ser cotejados y controles biométricos como mecanismos de comprobación de dicha identidad. Estos datos deberán ser requeridos cada vez que las personas ingresen a los sitios de juegos de apuesta online.
Asimismo, debe quedar prohibida la publicidad sobre este tipo de juegos de apuestas en medios de comunicación audiovisuales, páginas webs, aplicaciones y contenidos digitales de la provincia de Buenos Aires dirigidos a niños, niñas y adolescentes; en la vía pública, en eventos masivos: deportivos, culturales o sociales, y en equipos deportivos, deportistas individuales y clubes sociales.
Por otro lado, el gobierno de la provincia de Buenos Aires deberá realizar campañas de concientización sobre los riesgos de la ludopatía en escuelas, eventos masivos y en los medios de comunicación.
Es necesario legislar sobre uno de los temas que más preocupa a padres y docentes. Regular este tipo de actividades permite salvaguardar los derechos de los menores de edad de nuestra provincia, generar esquemas de contención y reflexión sobre los riesgos que este tipo de actividades genera. Tenemos que proteger a los niños, niñas y adolescentes.
La provincia de Buenos Aires debe avanzar en una legislación moderna que incluya nuevas formas de protección, atenta a los riesgos que surgen a medida que avanzan las tecnologías. Porque en una sociedad cada vez más online, las leyes no pueden estar offline.
Senador UCR + Cambio Federal