The Three Amigos
En 1986, se estrenó una comedia titulada The Three Amigos. Es la historia de tres actores cómicos (Steve Martin, Chevy Chase, y Martin Short) que, disfrazados de charros mexicanos, llegan al pueblo de Santo Poco para presentar su espectáculo. Pero encuentran que el pueblito es acosado por una banda de barbudos a caballo comandada por "El Guapo".
Los tres amigos se las arreglan (con la ayuda de la bella y sufrida Carmen) para liberar a Santo Poco de El Guapo y sus secuaces. El guion de The Three Amigos no perdona ni uno de los clichés, prejuicios y estereotipos comunes en algunos círculos estadounidenses cuando de mexicanos se trata. El Guapo y los suyos calzan perfectamente con la descripción de los inmigrantes mexicanos que ha hecho Trump: asesinos, violadores y "bad hombres". También, "animales".
Antes de ser presidente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), reaccionó indignado: "Trump y sus asesores hablan de los mexicanos como Hitler y los nazis se referían a los judíos. No podemos consentir una política de Estado que menoscabe la dignidad de los intereses legítimos de los mexicanos y de la nación". AMLO también denunció el muro que EE. UU. está construyendo en la frontera con México como "un monumento a la hipocresía y a la crueldad". Trump, en cambio lo llama "una belleza" y aclara "México no es nuestro amigo".
Pero eso era antes. Ahora, como presidente de México, López Obrador visitó la Casa Blanca y, mirando fijamente a Trump reconoció: "Hemos recibido de usted comprensión y respeto". También agradeció cómo Trump y su gobierno tratan a México y los mexicanos. Trump no se quedó atrás en sus elogios a México, su presidente y los millones de inmigrantes mexicanos que trabajan en el país.
Las declaraciones grandilocuentes, vacías y, a veces, claramente mendaces, son normales en los encuentros entre presidentes
Las declaraciones grandilocuentes, vacías y, a veces, claramente mendaces, son normales en los encuentros entre presidentes. Lo más interesante de la reunión entre AMLO y Trump no son las falsedades que dijeron sino las verdades que ignoraron. Quizás la más importante de ellas es que ambos presiden naciones donde el Covid-19 está causando los mayores estragos. EEUU es el campeón mundial en cuanto a víctimas de la pandemia y el subcampeón del mundo es el Brasil. Muy cerca, en el tope de la trágica lista, está México. Trump, Bolsonaro y AMLO: ¡The Three Amigos!
Es muy triste que la nueva versión de Three Amigos, sea una tragedia y no una comedia. Los amigos que protagonizan la versión de estos tiempos son a la vez muy diferentes y muy parecidos. Sus orígenes, carreras e ideologías no podrían ser más diferentes. Pero son idénticos en cuanto a su narcisismo, populismo e irresponsabilidad. Inicialmente, los 3 minimizaron la gravedad de la pandemia, tardaron en reaccionar y desdeñaron las medidas recomendadas por los expertos.
Ni distancia social, ni uso de mascarillas. "Hay que abrazarse" sentenció por TV el presidente mexicano. "Lo que protege es no permitir la corrupción" dijo, al tiempo que mostraba amuletos y estampitas que, según él, son su escudo protector. Trump y Bolsonaro (a quien sus seguidores llaman "el Trump Tropical") también recomendaron el uso de amuletos, pero no de naturaleza religiosa sino farmacéutica. Trump fue el primero en recomendar la cloroquina para tratar a las víctimas del Covid-19. Anunció que él mismo estaba probando ese medicamento. Lo mismo dijo Bolsonaro. Ambos ordenaron la compra de cantidades masivas de este fármaco cuyas propiedades curativas no han sido validadas científicamente, mientras que la evidencia de sus tóxicos efectos colaterales es abrumadora. Y no podemos olvidar el despliegue de erudición médica de Trump cuando especuló sobre la posibilidad de ingerir lejía como remedio al virus. O bombardear al Cvid-19 con rayos ultravioleta.
El desprecio por la ciencia y los expertos es algo muy arraigado que comparten los tres amigos. Otra característica que comparten es la disposición a usar la emergencia sanitaria para ahondar las divisiones que fragmentan sus sociedades. ¿A quién se le hubiese ocurrido que el uso de la mascarilla podría ser transformado en un símbolo para fomentar el conflicto político? A los tres amigos. Algunas de las fotos icónicas que quedarán de esta pandemia serán las de estos presidentes y sus más leales seguidores exponiendo sus caras, desafiantes y sin protección. Y otras fotos serán las de la gente con la mascarilla puesta, ilustrando así un mundo que llegó a dividirse entre los pro-máscara y los antimáscara.
Este eje del Covid-19 no es sostenible. La pandemia se encargará de minar el poder que hoy tienen los tres amigos.
@moisesnaim