Toma tu dinero y corre
“No fue una decisión fácil hacer lo que hice, pero había llegado a un punto de quiebre”, cuenta Sali, la joven libanesa que a mediados de septiembre irrumpió en un banco de Beirut, armada con una pistola de juguete, para llevarse el dinero de su propia cuenta bancaria. El Líbano atraviesa una crisis financiera y los bancos permiten extraer 400 dólares por mes, pero ella necesitaba 13.000 para el tratamiento del cáncer su hermana.
Sali, junto con otra de sus hermanas, tomó su dinero y huyó; pocos días después se entregaron a las autoridades y hoy están en libertad bajo fianza. “Pido disculpas a todas las personas que asusté, pero ¿cómo se compara eso con la desesperación, la rabia y el dolor que siento todos los días, sabiendo que mi hermana se está muriendo?”, nos explica. Una veintena de bancos libaneses sufrieron asaltos parecidos en estas semanas; gente común que se ve obligada a robar su propio dinero. Quizás muchos de sus autores recordaron la frase de Bertolt Brecht, cuando decía que mayor delito que robar un banco es fundar uno.
Y además...
En un mismo día hubo cinco asaltos a bancos. Jawad, un libanés de cerca de 40 años, fue uno de estos asaltantes inexpertos; tiene siete hijos y llevaba un arma de verdad, pero descargada. El Ministerio del Interior condenó estos atracos diciendo que los ciudadanos no deberían hacer justicia por cuenta propia. Al menos, reconocieron que era justo.