Tomates
Peshawar, Paquistán.- Está la belleza de lo sublime y la de aquello que de tan cotidiano apenas se ve. Como el encanto involuntario de esta escena capturada en Peshawar, Paquistán. Las macizas hileras de tomates, el niño que descansa sobre un banco precario. ¿Sabrá del contrapunto que el rojo de su chalina juega con la mercadería dispuesta a su lado? El rojo, "el más audaz de todos los colores", según se lee en Los colores primarios, de Alexander Theroux. Intensidad del amor, el crepúsculo, la sangre, el arte antiguo. ¿Sabrá el niño que, según Theroux, el rojo fue el primero color en ser designado por un nombre en casi todas las lenguas primitivas? Un tesoro radiante de sentido late en los modestos envoltorios de plástico; promesa de fruto maduro, sabor a frescura, ollas chisporroteantes. Para el niño, el tesoro serán las monedas que obtenga en su venta; la intensidad radiante, el regreso a casa con la cena asegurada.