Un cuadro vivo
¿Cuántas veces en nuestra vida habremos recreado un cuadro sin siquiera saberlo? Los franceses del siglo XIX le llamaban a eso tableau vivant (pintura viviente). Pero, es claro, elegían las pinturas con deliberación y hacían la recreación como simple entretenimiento. El caso es otro cuando esa réplica resulta efecto del azar. El hombre que camina por la costa de Niza no tiene la menor idea de que, para quien contempla la escena de lejos, está volviendo a la vida Monje a la orilla del mar, el cuadro queCaspar David Friedrich concluyó hacia 1810. Heinrich von Kleist, el poeta suicida contemporáneo suyo, escribió sobre ese cuadro y lo que dijo vale para la foto. Además, cuando habla el poeta es mejor que uno guarde silencio. "Es magnífico pararse en infinita soledad frente a la orilla del mar, debajo del cielo encapotado y mirar la inmensidad del agua acumulada. Parte de esta sensación se debe, creo, a que uno ha hecho su vida muy lejos de esto y sin embargo vuelve".