Un filósofo que escribe el guión del poder K
La influencia de Ernesto Laclau en Cristina Kirchner es más profunda de lo que se sabe. En la Casa Rosada algunos le atribuyen al filósofo y politólogo de la corriente posmarxista, gramsciano y reivindicador del populismo, el sostén ideológico de la Presidenta en sus teorías de que la democracia, y la política, se construyen sólo a partir de una eficaz división de la sociedad en dos bandos: "democratizar" es poner todo en conflicto y la política es confrontación permanente. La Presidenta se guía por sus opiniones, confiaron a la nacion en Balcarce 50.
También Laclau, en su defensa populista, respalda el presidencialismo fuerte y con reelección eterna. El apego a la Constitución es una noción conservadora. Más importante es la fuerza de los votos del Poder Ejecutivo. Aquélla sólo sirve para detener el proceso de cambio y por ello es necesaria su reforma. Confronta en este punto con otro teórico del kirchnerismo, el juez de la Corte Raúl Eugenio Zaffaroni, que propicia la reforma, pero bajo el sistema parlamentario.
Pese a que vive en Londres, Laclau viene a la Argentina por lapsos de semanas o meses. El 20 de noviembre pasado visitó en Olivos a Cristina Kirchner. Lo hizo con su esposa, Chantal Mouffe, cuyo libro En torno a lo político marcó a fuego a la Presidenta, según confiaron a la nacion allegados a la mandataria.
Unos días antes, Laclau había encabezado un seminario en Canal 7 con directores de todos los medios públicos. Habló allí de la importancia del mensaje populista. Participó el jefe del Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, politólogo de centro, pero amoldado al posmarxismo lacaniano del viejo aliado de Jorge Abelardo Ramos.
También el filósofo fue la estrella en tres ciclos de Debates y Combates , nombre de la revista que él dirige. El primero en la Casa del Bicentenario y el segundo en la Sigen, que dirige Daniel Reposo, fueron en 2011. El tercero fue a principios de noviembre pasado en Tecnópolis. Disertó allí con Carlos Zannini, secretario legal y técnico, formado en el maoísmo de la "revolución cultural" que el kirchnerismo transformó en la "batalla política y cultural". Aquélla era para eliminar los enemigos internos que amenazaban al régimen comunista chino. Ésta es para vencer al Grupo Clarín, "que prefiere voltear al Gobierno antes que cumplir una ley que nació del reclamo social".
Interlocutores
Además de Cristina, Abal Medina y Zannini, los interlocutores oficiales de Laclau en el Gobierno son el secretario de Cultura, Jorge Coscia, y su subsecretaria Marcela Cardillo, que coordina las presentaciones del filósofo K en los ciclos de Debates y Combates , que continuarán el año próximo, aún sin fecha.
Otro vínculo con el kirchnerismo es el psicoanalista y escritor Jorge Aleman Lavigne, consejero cultural de la embajada argentina en España, donde Carlos Bettini es el embajador, y a quien definen en la Casa Rosada como un lacaniano de izquierda. En el kirchnerismo, aseguraron que Laclau pidió ser embajador en Francia, pero la Presidenta nunca le concedió el deseo.
Laclau está convencido, y lo celebra, de que América latina se encamina a una era de populismo democrático fundado en antagonismos como en Venezuela, Bolivia y Ecuador. La Argentina sólo está en un proceso avanzado.
En Tecnópolis planteó tres desafíos: "Acentuar la dirección del proceso para reagrupar a los pueblos; interpretar la realidad argentina y rastrear las semillas del proceso actual y, finalmente, tratar de ligar la retórica, el psicoanálisis, el posmarxismo y la teoría política para buscar nuevos caminos a los problemas que la democracia enfrenta hoy".
En su visión, "en América latina los Parlamentos han sido siempre instituciones conservadoras, mientras que muchas veces un Poder Ejecutivo que apela directamente a las masas, frente a un mecanismo institucional que tiende a impedir procesos de la voluntad popular, es mucho más democrático y representativo". Y sostiene: "O sea que detrás de toda la cháchara acerca de la defensa del constitucionalismo, de lo que se está hablando es de mantener el poder conservador y de revertir los procesos de cambios que se dan en nuestras sociedades."
"Es absolutamente central que la ley de medios se aplique regularmente el 7 de diciembre. Hasta ahora hemos ganado la mayor parte de las batallas", dijo en Tecnópolis. "Por una vez en la vida soy realmente optimista", concluyó.