Un G-20 para achicar grietas
Al asumir la presidencia del G-20, la Argentina enfrenta el desafío de ayudar a cerrar grietas en un mundo pluripolar. Pero orientar este foro, descripto como el "mejor sistema posible en un mundo imperfecto", también ofrece la posibilidad de comenzar a cerrar grietas a nivel interno en materia de política exterior.
Es crítico que nuestros equipos negociadores estén preparados para achicar grietas, acercando posiciones sobre la base de un conocimiento profundo de los temas a discutir. También hay que tener en cuenta lo dicho por Raymond Aron: "El primer deber -político, pero también moral- es ver la política entre las naciones tal como es, de tal manera que cada Estado, legítimamente preocupado por sus intereses, no se ciegue totalmente a los intereses de los otros".
Un trabajo conjunto con las naciones de América latina -el exterior próximo- puede ayudar a achicar grietas ideológicas en lo regional. Al presentar, en palabras del canciller Faurie, "una mirada desde el sur", la Argentina debe asumir un claro liderazgo en temas de interés común para la región, ya que Brasil y México enfrentan problemas. Aunque la propensión de la Argentina sea reflejar las visiones del Mercosur y de la Alianza del Pacífico, se realiza un esfuerzo de outreach (acercamiento) a países fuera de estos bloques. Mientras Chile fue invitado formalmente al G-20, el sherpa Villagra Delgado ha realizado reuniones informativas con países que no concurrirán: Perú, Paraguay y Uruguay, pero también con Ecuador, la República Dominicana y Panamá. Además, se invitó al G-20 a Jamaica, como representante del Caribe.
Uno de los desafíos será contribuir a achicar las grietas existentes entre las potencias establecidas. Los EE.UU. discrepan de sus aliados en cuanto a comercio y cambio climático. El grado de desacuerdo se verá en el G-7 de Bonn en 2018, previo a la cumbre del G-20 en nuestro país. Aunque se trabaja con los otros miembros de la troika del G-20 -Alemania y Japón-, descriptos por John Ikenberry como los "nuevos defensores del mundo libre", la Argentina debe ser un "mediador honesto". Se invitó a Holanda, miembro de la Unión Europea, y a Suiza, esta última para participar en el track finanzas.
La Argentina debe aprovechar el G-20 para achicar grietas marcadas por la distancia y el desconocimiento con potencias emergentes como la India e Indonesia -miembro de la pujante Asean-. Se ha invitado también a Singapur como representante de esta asociación de naciones del sudeste asiático. Esto será posible a través de reuniones bilaterales a nivel presidencial, ministerial y empresario. Estas deben ser también aprovechadas para achicar grietas con China, dada la relación desigual y de casi dependencia establecida durante el kirchnerismo. Hay que encarar el delicado desafío de establecer relaciones más balanceadas con esta nación segura de sí misma, y que según su líder Xi Jinping refleja "una civilización que brilla en permanente esplendor y gloria".
Pero mientras el G-20 procura achicar grietas en lo económico, no tiene la misión de achicar grietas en lo estratégico-militar. Así, en paralelo a lo económico, siguen los enfrentamientos geopolíticos entre China y los EE.UU. El último episodio involucró a Corea del Sur, miembro del G-20. Ante la amenaza misilística y nuclear de Corea del Norte, instaló un sistema defensivo de misiles norteamericanos Thaad en tierras de la empresa Lotte. Esto, a pesar de las protestas chinas señalando que los radares del sistema espiarían China. En respuesta, Lotte fue impedido de acceder a 13 de los 100 mercados donde operaba en China, por no cumplir reglamentos "antifuego". Como resultado, Corea del Sur acordó no instalar más equipos defensivos. En este contexto, el G-20 debe procurar que a pesar de los enfrentamientos geopolíticos el sistema económico global funcione en forma justa y efectiva.
A nivel interno, el G-20 es una gran oportunidad para achicar grietas en términos de política exterior. Orientar el G-20 debe ayudar a formar a nuestros dirigentes en temas globales y a desarrollar un enfoque más realista, pragmático y profundo. El lanzamiento de la presidencia argentina en el CCK por parte del presidente Macri es un buen comienzo, informando a miembros del Gobierno y de la oposición sobre sus prioridades y objetivos. Hay que trabajar para que el G-20 sea un triunfo de todos y ayude a crear una política exterior de todos.
Doctorando en Relaciones Internacionales y miembro consultor de CARI y del Cippec