Un legado de igualdad y cooperación en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos
Momentos emblemáticos de la historia olímpica, caminos abiertos en cooperación, igualdad y sustentabilidad, y récord de telespectadores y seguidores en los estadios. Estas son algunas de las razones que transformaron en un éxito a los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Londres 2012. Y son claro reflejo de que las sociedades mantienen espacios pacíficos de trabajo conjunto, en el que las banderas políticas ceden su lugar a un objetivo común y superador.
Con una audiencia potencial de 4800 millones de personas y 1000 millones que siguieron la ceremonia de apertura, los Juegos marcaron récord de seguidores y recibieron a 7,4 millones de visitantes en sus estadios, entre ellos, 40.000 miembros de la Familia Olímpica conformada por entrenadores, periodistas acreditados, atletas y oficiales de los comités olímpicos.
Todos ellos, fueron testigos de momentos emblemáticos como el triple título de Usain Bolt, las 22 medallas de Michael Phelps y la primera medalla de oro para la Argentina en taekwondo de Sebastián Crismanich. En los Paralímpicos también abundaron los récords de la mano de nadadoras como Ellie Simmonds y corredores como Richard Whitehead.
El escenario olímpico consolidó también marcas históricas no deportivas como el récord de más de 237.000 pasajeros que llegaron al aeropuerto de Heathrow en un día y las más de 4,5 millones de personas que viajaron en subte también en un día (el mayor número de pasajeros de toda la historia del London Underground). A la vez, fue el tema unificador del mayor festival cultural del Reino Unido, que contó con 1000 eventos y de la Olimpíada Cultural, que reunió a 14 millones de personas.
Detrás de las medallas, los Juegos marcaron caminos abiertos en cooperación, igualdad y sustentabilidad en los sectores más diversos. Empresas de todas las nacionalidades y regiones del Reino Unido trabajaron en conjunto en la construcción y organización de las actividades generando contratos por más de 7000 millones de libras (adicionales a las 13.000 millones de libras que reportarán los juegos a Reino Unido en términos de comercio, inversión y turismo).
A la vez, se materializaron los Juegos más verdes de la historia según la Comisión Independiente para Londres 2012 Sustentable. Por caso, el 90% de los desechos generados durante la construcción del parque Olímpico de Londres fue reciclado o reutilizado; las sedes utilizaron 40% menos de agua que edificios similares y se plantaron más de 4000 árboles y casi medio millón de plantas.
La bandera de la igualdad flameó y continúa flameando. Fuimos testigos de los primeros Juegos en los que todos los países incluyeron mujeres atletas y del debut del boxeo femenino como deporte olímpico. El número de atletas femeninas en los Paralímpicos fue récord: 1513 mujeres compitieron en 18 deportes, entre ellas, la argentina Nadia Báez, que ganó una medalla de bronce en natación.
Por otro lado, pudimos disfrutar de los mejores Juegos Paralímpicos, que por primera vez fueron planificados en conjunto con los Olímpicos, reafirmando nuevamente los caminos de hermandad y respeto mutuo. Marcaron un récord de 2 millones de entradas vendidas, que reflejan el enorme respaldo del público.
Hemos sentado las bases para crear un importante legado en favor de las personas discapacitadas a partir de la fuerza inspiradora de estos Juegos con mejoras en el transporte y nuevas oportunidades deportivas.
También hemos trabajado mancomunadamente para lograr que estas competencias sean las más inclusivas de la historia con grupos de personas con discapacidad, participando en el diseño de los parques y en la asistencia como voluntarios.
Los Juegos nos están demostrando una vez más que aprovechar las capacidades y el potencial de todos los sectores de la sociedad nos beneficia a todos. También prueban que existen espacios que nos unen detrás de un objetivo común en el que es posible alcanzar grandes logros conjuntos. Fue enriquecedor ver una sana y leal competencia entre los equipos de Gran Bretaña y la Argentina, una experiencia que seguramente se repetirá en Río 2016.
El autor es el embajador británico en la Argentina.
John Freeman