Una misteriosa cita en Tierra Santa
Fragmento de La Iluminada, de Luis Majul, donde se narra la relación de Carrió con la religión y sus contactos con la Iglesia
Elisa María Avelina Carrió habló con Dios y también con la Virgen, según declararon, en uso de sus facultades mentales, personas que la conocen bien y dicen tener pruebas de ello.
Hay serias evidencias de que ella así lo cree.
Un ex gobernador y diputado mandato cumplido que trabajó junto a Carrió desde febrero de 2000 hasta julio de 2001 afirmó que Lilita hizo un viaje "secreto" a Israel para hablar con el Señor y recibir "instrucciones" en caso de asumir la Presidencia de la Nación.
El hombre pidió encarecidamente no ser mencionado por su nombre y por sus dos apellidos. De cualquier manera, el extraño dato fue confirmado por personas muy cercanas a la diputada nacional. Una es su prima abogada y catequista María del Carmen "Camucha" Carrió. Y la otra es la senadora nacional Marita Colombo.
Con la intención de comunicarse directamente con Jesús, Lilita viajó a Israel sola, y en forma sorpresiva.
Carrió tomó el avión un fin de semana. Solamente contó lo que estaba por hacer a su círculo íntimo: Andrea Pariente, su vidente y amiga; María del Carmen Podestá, la única que siempre sabe dónde está, salvo en contadísimas ocasiones, y su otra amiga entrañable, Susana García, ex intendenta de Chañar Ladeado, localidad de la provincia de Santa Fe.
Antes de aquel viaje raro y solitario, Lilita ya había estado en Tierra Santa. Había permanecido allí durante los últimos días de marzo de 2000, una semana después de la visita del papa Juan Pablo II.
¿Por qué el ex gobernador sin nombre afirma que Lilita viajó a Israel de buenas a primeras "para consultar a Dios"?
Porque ella misma se lo dijo, convencida de que él la comprendería.
La fuente asegura:
-No estoy loco. Elisa Carrió me contó que la Virgen le había hablado. Que le había dicho que fuera tal día a tal hora a Belén. Que visitara el lugar donde Jesús había hablado con Pedro. Y que ahí ella iba a recibir "instrucciones".
El político reveló que Lilita emprendió el viaje a pesar de que su consejero espiritual y confesor, el padre Ariel David Busso, le había recomendado que no lo hiciera.
Busso no es un sacerdote cualquiera. Párroco de la localidad de Pergamino y uno de los teólogos más importantes de la Argentina, es doctor en Derecho, graduado en la Universidad Santo Tomás (Roma, Italia); decano de la Facultad de Derecho Canónico de la Pontificia Universidad Católica Argentina (UCA); vicepresidente del Tribunal Eclesiástico Nacional y miembro de la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires.
Busso conoció a la líder de ARI en la iglesia donde da misa: San Nicolás de Bari. El templo está ubicado en la avenida Santa Fe, a una cuadra y media del departamento que alquila la diputada nacional.
La tarea primordial de Busso ha sido contener a Carrió. Es decir, aportar algo de sentido común en medio de tanta exhibición mística. Hombre culto, accesible e informal, publicó varios libros y escribió artículos en distintos diarios, como LA NACION, que confirmarían su capacidad reflexiva. Busso se metió, por ejemplo, con uno de los costados más negros de la religión: el de los líderes fanáticos como Ben Laden quien, en nombre de su Dios, mata en forma cruenta, sin piedad por las víctimas inocentes.
Según el círculo íntimo de Lilita, monseñor Ariel David Busso es actualmente su único asesor en las cuestiones de Dios.
A diferencia de la relación que Lilita tiene con Andrea Pariente, el vínculo con Busso está guardado bajo siete llaves. Para que se entienda bien: quiere mantenerlo en absoluto secreto. Y no sólo ella.
Una fuente reservada muy cercana a Carrió pidió encarecidamente:
-No escribas sobre su relación con Busso: la Iglesia se nos va a venir encima.
La misma fuente aseguró que el religioso tiene "muy buenos contactos con el Vaticano".
¿Cuál es el verdadero papel de Busso en el Planeta Carrió?
Una asesora de la diputada nacional que no es de misa diaria sostiene:
-Busso no es un hombre de Lilita. Es un hombre de la Iglesia. Y representa el pensamiento clásico, tradicional y conservador de la Iglesia.
Y una integrante de su entorno más cercano afirma que el sacerdote es, en cambio, un "corresponsal" de Lilita dentro de la jerarquía eclesiástica.
-Busso es un amigo nuestro, antes que cualquier cosa.
De cualquier manera, el clérigo nunca dejó de opinar sobre los asuntos que importan a los que reconocen a Juan Pablo II como la máxima autoridad de la Iglesia. El asesor de Lilita se opuso en forma muy vehemente a la postura pro legalización del aborto que manifestaron el socialista Alfredo Bravo y la actriz Soledad Silveyra.
Busso sabe que a la jerarquía de la Iglesia Católica Apostólica Romana en la Argentina no le gusta que Lilita haga pública su relación con Dios de la manera en que lo hace. También sabe que muchos obispos, como monseñor Justo Laguna, sienten que la líder de ARI está usando a la Iglesia y a Jesús como trampolín político para llegar a la presidencia de la Nación.
En un pasillo del Congreso, mientras esperaba para votar la derogación de las leyes de jubilaciones de privilegio, le pregunté a Carrió si no sentía que su catolicismo explícito iba a terminar afectando su credibilidad y su porcentaje de intención de voto. Eran las 7 de la tarde del jueves 15 de agosto de 2002. Ella me respondió, rápida como un rayo.
-Nada me va a suceder, porque a mí me protege la Iglesia.
Repuesto de la sorpresa que me causó semejante revelación, inquirí:
-¿Cuál de todas las iglesias?
Ella volvió a ser sintética y contundente:
-Estoy hablando de monseñor Bergoglio.
Monseñor Jorge Mario Bergoglio es, hoy, el sacerdote más importante y poderoso de la República Argentina. Se trata del único obispo argentino incluido en la lista de oro de los posibles sucesores de Juan Pablo II (...)
La comunión de ideas entre Bergoglio y Carrió no significaría necesariamente que el primado hubiera bendecido los supuestos diálogos entre la diputada, Dios y la Virgen. Es más, se sabe que Busso no sólo desaconsejó el viaje secreto y solitario de Lilita a Jerusalén. También se agarró la cabeza cuando se enteró de que, a su regreso, ella andaba diciendo a su gente que había tenido un contacto con El Más Grande de Todos.
Uno de los tantos que la escuchó decirlo fue el ex gobernador sin nombre. A él se le preguntó:
-¿Qué dijo exactamente Elisa Carrió?
-Que Dios le había hablado. Y aclaró que había anotado todo lo que El le había dicho. Pero que no lo podía contar.