Venezuela: más ataques a la prensa independiente
La imposibilidad de acceder al papel prensa y la persecución judicial son las herramientas del régimen de Caracas para silenciar al periodismo libre
lanacionarLos llamados gobiernos bolivarianos tienen un denominador común: el no respetar la libertad de opinión, ni la libertad de prensa. Para ello, se ataca implacablemente a los medios privados que son independientes.
Este fenómeno se completa con la operación de enormes multimedios públicos, con los que se proclama y defiende el discurso único: el del oficialismo. No sólo Rafael Correa combate constantemente la libertad de expresión en Ecuador. También lo hacen Nicolás Maduro en Venezuela, Evo Morales en Bolivia y Daniel Ortega en Nicaragua. Cada uno a su manera.
Por ello no es demasiado sorprendente que en Venezuela se siga hostigando abiertamente, por distintos andariveles, a los medios independientes. Dos lamentables episodios recientes así lo confirman y atestiguan.
El primero es el que tiene que ver con El Carabobeño, un diario regional que acaba de anunciar que dejaría de circular a partir de hoy. El cierre del medio se relaciona directamente con la total falta de papel prensa porque la papelera estatal que tiene el monopolio exclusivo del abastecimiento de ese tipo de papel el llamado Complejo Editorial Alfredo Maneiro- no le vende el insumo sin el cual imprimir y salir a la calle para poder circular devienen tareas de imposible cumplimiento. La falta de ventas de papel prensa se viene verificando desde hace un año.
Se trata de un diario de la ciudad de Valencia, al que, además, desde 2013 se le niega constantemente el acceso a las divisas para poder importar directamente el indispensable insumo. Por ello, luego de 82 años de actividad ininterrumpida, el acoso conduce inexorablemente al cierre del medio.
De ahora en más El Carabobeño continuará informando y opinando, pero sólo desde su activa plataforma digital. También La Mañana, un diario del estado de Falcón, ha tenido que cerrar por falta de papel. Lo que muestra que la prohibición de vender papel prensa es ciertamente un instrumento más al servicio de la censura y persecución del gobierno venezolano contra los medios independientes. Ha sido un viejo recurso de las tiranías en nuestros países.
El segundo caso se refiere al diario Correo del Caroní, el más importante del sur de Venezuela, cuyo director, David Natera Febres, acaba de ser condenado a cuatro años de prisión por "difamación e injurias", luego de divulgar información que tiene que ver con casos de corrupción vinculados a la empresa estatal Ferrominera del Orinoco, la principal procesadora de mineral de hierro del sur de Venezuela.
A ello se sumó una desproporcionada multa, de aproximadamente un millón de dólares, y la prohibición explícita de publicar noticias relacionadas con las acusaciones de corrupción contra un empresario vinculado a la mencionada empresa estatal. La disparatada razón invocada es que nadie puede hablar de corrupción hasta que exista una sentencia firme, es decir, confirmada por una segunda instancia judicial.
Esto es grave, particularmente cuando existe una justicia subalterna al Poder Ejecutivo, como suele ocurrir en estos regímenes, pues los procesos judiciales en materia de corrupción suelen prolongarse demasiado tiempo o bien concluyen con sentencias absolutorias.
Por lo tanto, estamos ahora frente a un nuevo precedente, nefasto y regresivo, con el que se procura criminalizar el periodismo libre.
Las denuncias previas sobre corrupción en torno a Ferrominera del Orinoco derivaron en la destitución de su presidente y en la detención de un contratista y tres gerentes de la empresa estatal. Por desgracia, en Venezuela cada vez hay menos medios independientes que puedan hacerse eco de estas denuncias.