Venezuela: se agrava la tormenta
Venezuela no deja de sumar malas noticias. El último informe de Bloomberg sobre el Índice de Miseria ubica a la República Bolivariana en el primer lugar como el país con la economía más miserable del mundo, galardón que ostenta desde hace cuatro años ininterrumpidos. Según el último reporte del FMI, la inflación alcanzará este año el 13.000%, después de haber llegado hasta el 2400% durante 2017. Además, la pobreza alcanza al 87% de la población.
En cuanto a la seguridad, el país se ha transformado en uno de los más peligrosos del mundo; la violencia se incrementó en todo el territorio y la percepción de inseguridad por parte de la ciudadanía llegó a porcentajes impensados. Las cuestiones vinculadas con el sistema de salud no son menos graves. Un reporte reciente de la Organización Médicos por la Salud correspondiente al cierre de 2017 señala que las clínicas y los hospitales venezolanos acusaron un 78% de escasez en medicamentos y 75% de falla en materiales médico-quirúrgicos.
Las fuerzas armadas no presentan un panorama diferente. Por un lado, sus miembros están empezando a disgregarse y el apoyo al gobierno ya no es el mismo que antes, hasta el punto de que en el último mes y medio hubo muchos rumores de levantamientos armados, lo que motivó que el régimen de Maduro comenzara a detener arbitrariamente a oficiales y suboficiales buscando desalentar cualquier alzamiento contra su gobierno. Por el otro, del rango de coroneles para abajo, los militares ganan el mismo sueldo que el resto de los venezolanos y por consiguiente están pasando hambre como el resto de los ciudadanos.
En los últimos días se conocieron nuevos hechos que van oscureciendo aún más el panorama. En primer lugar, las sanciones ordenadas por el Consejo Federal de Suiza contra ocho de sus principales dirigentes, incluido Diosdado Cabello, considerado el número dos del régimen, sumándose así a las impuestas por la Unión Europea, Estados Unidos y Canadá.
A todos ellos se les congelaron sus bienes y activos en el país helvético, además de ser incluidos en la lista de no admitidos entre sus fronteras. El gobierno suizo también impuso a la revolución bolivariana el embargo de armas, bienes represivos y tecnología para impedir la represión interna contra la oposición e instó a Caracas a restaurar la integridad del proceso electoral y promover un ambiente democrático inclusivo que respete plenamente su marco constitucional y legal y sus obligaciones internacionales.
En segundo término, el gobierno de Panamá hizo públicas sus sanciones contra el propio presidente Maduro, Cabello, 54 dirigentes bolivarianos y 16 empresas vinculadas con la dirigencia política venezolana. A todos ellos los consideró de "alto riesgo en materia de blanqueo de capitales, financiamiento del terrorismo y financiamiento de la proliferación de armas de destrucción masiva". El decreto impide a los señalados realizar cualquier operación financiera y económica en el país, pone en duda que puedan viajar a su territorio y sugiere el bloqueo de sus cuentas y activos.
Finalmente, Javier Ignacio Mayorca, del Observatorio Venezolano del Crimen Organizado, denunció que en un operativo secreto el presidente Maduro ordenó trasladar 2,1 toneladas de oro del Banco Central de Venezuela al Aeropuerto Internacional de Maiquetía, desde donde un vuelo especial los llevó a los Emiratos Árabes Unidos.
¿Será este el presagio del principio del fin de los padecimientos de la sociedad venezolana?