Las palabras. Very difficult
"No, no, Dexter: bad information, bad information." (De Cristina Kirchner a un periodista de la revista The New Yorker, que le preguntaba sobre el caso Nisman.)
Pocas cosas sacan más a Cristina de sus cabales que un periodista la contradiga y, peor, si es un periodista de un país que mucho tiene que aprender de nosotros? o de ella: los Estados Unidos. Por ejemplo y, como para empezar, que aprendan a entenderla cuando habla en inglés. Para quien todavía no se dio cuenta, la suya es una estrategia trazada cuidadosamente. Al hablar en inglés como lo hace, ella no chapucea, sino que concentra la atención del interlocutor; no tiene vocación de Tarzán, sino de Jane, y, con esa impunidad, ninguna crítica le será nunca very difficult de rebatir. Para lo difficult está Tevez. O Domingo Cavallo, su viejo aliado, que parlotea en inglés con el acento de un turco.
Por eso, no se equivocó cuando en tono de sermón le dijo bad information varias veces a Dexter Filkins, periodista de The New Yorker, interesado en saber por qué había variado su hipótesis sobre la muerte del fiscal Nisman. La interrupción de Cristina fue adrede: si hubiera dicho wrong information, lo gramaticalmente esperable, Dexter se habría mantenido serio y la hubiera refutado. En cambio, con el bad information lo descolocó.
Dexter aprendió la lección de lo que representa enfrentarse a una verdadera estadista. Al menos, a una estadista como la nuestra, capaz de anteponer el cruce de los Andes a la declaración de la Independencia y sin temor a que se le caiga encima una tonelada de libros de historia. O de seguir negando la pobreza basada en un informe mundial cuyo análisis recoge lo ocurrido en el país en los últimos 25 años, es decir, que incluye los gobiernos de Menem y de De la Rúa.
Mucho premio Pulitzer, pero Dexter no estuvo a la altura de nuestra Presidenta. No sólo eso: le pagó con deslealtad, traicionándola desde su cómodo silloncito de periodista del Primer Mundo que se nos cae encima. Después de tener el privilegio de que Cristina lo recibiera durante dos horas en Olivos, la describió como una líder "dramática y polarizante", obsesionada con su apariencia, que con el tiempo se ha vuelto más "dictatorial".
Dexter no entendió nada. Cristina es la verdadera teacher. Obama y los otros son sus pupils. Y hasta el 10 de diciembre, todos los cats que amenacen con moverle el piso deberán conformarse con maullar under de su table.
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