Línea directa. Visita por antiguos ritos urbanos
Hace bien pasear por la ciudad. Para los que conocen Buenos Aires, la tarde del domingo que terminó en lluvia y granizo ofreció una suerte de milagro: la vereda de Rivadavia altura Montevideo, donde está el cine Espacio Incaa KM 0-Gaumont, estaba totalmente cubierta de colas. Sí, de colas de gente que esperaba para entrar en las salas, donde se exhiben siempre películas argentinas. Agolpados, los espectadores llegaban hasta la esquina siguiente, la de Rodríguez Peña. Una imagen solo parecida a la que ofrecía, muchísimos años atrás, la calle Lavalle, la calle de los cines.
La añoranza de ciertos ritos urbanos perdidos hizo que también ese domingo que terminó en lluvia y granizo la nota más leída y comentada de este diario fuera "Harrods, el regreso de un ícono porteño". Hubo alegría y expectativa ante la larga espera. ¿Podremos aguantar hasta 2013?
No es extraño que dos lectores de esta columna hayan escrito sobre el cambio de nombre del cine-teatro Opera. Uno de ellos, Ricardo D. R. Watson, hace una convocatoria en el sitio http://www.quevuelvaelopera.com.ar y dice que "se pone fin a una historia que llevaba 139 años. Nadie parece haber reparado en el hecho de que ciertos edificios, como las personas, tienen un nombre propio y que éste no puede reemplazarse ni intercambiarse por una marca".
Rolando Genni, el 29/03, había enviado un e-mail a esta columna, donde abordaba el mismo tema: "Me pregunto si en un ámbito como la cultura puede diferenciarse tan claramente lo privado de lo público en un sentido amplio. Si no debiera de haber alguna regulación para preservar el patrimonio cultural de los argentinos y más específicamente de los vecinos de esta hermosa ciudad. Nada podemos hacer frente a la lógica de los negocios, pero al menos pedir que no nos quiten nuestros referentes culturales".
También viven momentos de alegría e incertidumbre urbanas los marplatenses. La lectora María Elena Oyarzábal pide algunas precisiones sobre un tema que, según ella, es "el" tema estos días por allí: "Estoy sorprendida porque en el tiempo transcurrido en que en Mar del Plata se debate quien se encargará de la puesta en valor de la vieja Terminal de Omnibus ese importante matutino no ha hecho mención a esa situación. Algunos marplatenses deseamos fervientemente que el proyecto del arquitecto César Pelli sea el destinatario de su remodelación. Esta ciudad, identificable por la arquitectura de Bustillo y que cuenta también con una obra maestra de Amancio Williams, se vería privilegiada si pudiéramos agregar el nombre de Pelli al de ellos".
Consultado el corresponsal en Mar del Plata, Darío Palavecino, evacuó todos las inquietudes de la lectora: "La Nacion publicó al respecto dos artículos: «La ex Terminal de Mar del Plata será un centro cultural» (10/01) y «Tres ideas compiten para transformar una vieja estación» (12/03). En síntesis, se han presentado tres proyectos para convertir la ex terminal de ómnibus (nacida hace casi un siglo como Estación Ferrocarril Sud y obra del arquitecto belga Jules Dormal) en un centro cultural y comercial. Una de las propuestas es del grupo valenciano Roig, que recurrió al estudio del tucumano César Pelli para que se encargue de la nueva imagen que se le quiere dar al lugar. Otra, la del estudio local Mariani-Pérez Maraviglia, con un respaldo de capitales nacionales, y la tercera de otro estudio local llamado Idear y también apuntalado por capitales nacionales. En la Procuración Municipal se revisa si cada propuesta cumple con los requisitos legales. No existe objeción formal a ninguna de las tres propuestas y se espera que el intendente, asesorado por una comisión de evaluación integrada por su gabinete y asesores, tome una decisión".
La arquitectura nos da identidad ciudadana y nos confirma en ella. Aun aquellos edificios que no nos hacen felices integran el imaginario colectivo urbano. Por eso, una buena noticia: en el Centro Borges se presentó, el jueves último, el libro Cines de Buenos Aires. Patrimonio del siglo XX, una completa investigación de las arquitectas Marta García Falcó y Patricia Méndez. Como para saber, por ejemplo, que entre 1896 y hoy la ciudad llegó a tener más de 300 cines.
© La Nacion
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