Y un día los políticos fueron mortales
Quienes tienen o ejercen poder también son seres humanos. Aunque a veces no lo asuman y muchas otras no lo demuestren, Incluidos gobernantes y políticos. Por lo tanto, mortales. Como todos los demás. Aunque no lo crean.
A funcionarios y dirigentes la epidemia acaba de recordarles sus límites. A los que se contagiaron y a los que sus médicos obligaron a guardarse. Incluido el Presidente. A hacer lo que sus decretos mandan e imperan (solo) para los mortales más simples y más comunes que ellos. Esos a los que impiden circular, reunirse y hasta despedir a sus muertos en compañía.
No debe ser fácil. Los flamantes contagios sin distinción de jerarquías los expusieron al más profundo conflicto humano. Lo señaló el fílósofo Edgar Morin: "La conciencia niega y reconoce la muerte. La niega como paso a la nada: la reconoce como acontecimiento". El acontecimiento puede no ser malo. Pero (para el poder) la nada es inadmisible. ¿Explicará el mal humor presidencial de los últimos días? Cuidate. Quedate en casa. Mortal.