Zonzos y zonzas
“La clase media no podrá viajar al exterior si hay acuerdo con el FMI.” (De Oscar Parrilli.)
Alto revuelo armó un documento de la Unión Europea dirigido a sus miembros. Tanto, que tuvieron que retirarlo. Entre otras cuestiones destinadas a no discriminar, el saludo de “feliz Navidad” debía ser cambiado por el de “felices fiestas” o “felices vacaciones”. De ese modo, entendían los cráneos más afilados del europeísmo, se instauraba una cierta neutralidad religiosa. Dicho en otros términos: que al decir “feliz Navidad” no se ofendieran los no cristianos.
Sostenía también que, en vez de “el período de Navidad puede ser estresante”, conviene expresar “el período de las Fiestas puede ser estresante”. En el fondo no está mal. Es más cool decir eso a “estoy podrido de que siempre me encarguen el vitel toné y a los demás, la bebida o los turrones, que ya vienen hechos”.
Siguiendo el espíritu optimista de nuestra última columna –nos alegrábamos de que Cristina reciba dos jubilaciones porque eso implica que pronto los jubilados podrían cobrar unos 2,5 millones de pesitos mensuales como ella y recibir retroactivos enormes y que la Anses no ponga excusas para pagarlos–, nos parece una lástima que hayan borrado de un plumazo el escrito de la UE.
Cuánto mejor sería nuestro presente si en vez de discriminarnos con “la clase media no podrá viajar al exterior si hay acuerdo con el FMI”, como dijo Parrilli, nos hubieran susurrado: “Contamos con vos para tapar el agujero que nos dejó el ‘plan platita’”. Es una frase más suave, más componedora. Una ternura.
Decía la UE que no conviene utilizar “señorita y señora” en los correos electrónicos. Es cierto, segregan además de que podrían ser tomados como un viejazo de parte de quienes lo dicen. Tampoco la AFIP debería encabezar sus intimaciones con un “señor contribuyente”. Depende de a quién vaya dirigido, podría optar por un “Zoncito/a, fijate si guardaste el ticket porque si no, te cobramos de nuevo el impuesto”. ¿Quién puede resistirse a tamaña vocación integradora fiscal?
Es cierto que una cosa es ser políticamente correcto y, otra, reduccionista. Si a alguien se le ocurriera dejar una sola opción política para no hacer diferencias, Sergio Massa no tendría más oportunidades de mutar de partido. Eso es injusto. Muy injusto.
El escrito ahora censurado pedía a los miembros de la UE no usar nombres cristianos o típicos de una religión. Que, en lugar de escribir “María y José son una pareja internacional”, es preferible “Malika y Julio son una pareja internacional”. (Se lo juro querido lector: decía eso.) Desde esta columna les sugerimos “Cristina y Alberto son una pareja internacional”. Hubiera sido un golazo por dos motivos: no refieren directamente a ninguna raza, etnia ni religión y solo en el exterior pueden llegar a creer que actúan en yunta.