Cristina Spínola: "Recorrí el mundo en bici y no es tan malo como lo pintan"

MADRID (EFE).- Cristina Spínola es la primera española en dar la vuelta al mundo en bicicleta, una aventura que inició en 2014. Y dice que el planeta, al final, "no es tan malo como lo pintan", aunque llegó a temer por su vida en su recorrido, en el que sufrió un robo y un intento de abuso sexual.

La periodista y aventurera emprendió su reto en solitario, que le llevó unos 1200 días en la ruta y que inició con una bicicleta de montaña de 200 euros y una "mentira piadosa" a sus padres.

"En 2005 recorrí Canarias en bicicleta durante 26 días, e hice 2500 km reclamando igualdad y posicionándome contra la violencia de género", recuerda. "A raíz de esa experiencia pensé que sería increíble hacer lo mismo a nivel mundial. Tardé muchos años en decidirme, pero el viaje fue fantástico".

Cristina le mintió "piadosamente" a sus padres diciéndoles que se iba a trabajar a África en marzo de 2014, cuando viajó al vecino continente con su modesta bicicleta.

Invirtió el dinero ahorrado en su etapa como periodista en medios isleños y subsistió con sus trabajos de marketing para hoteles, y por donaciones de particulares a su web solaenbici.com.

"No me gustaba el periodismo que hacía, el que me satisface es el de viajes. Además, hacer esta aventura suponía una liberación para mí", afirma Spínola, que usó tres bicicletas para completar 28.000 km durante tres años y un mes.

Cristina se fue pesando 62 kilos y volvió con 51. "Estuve unos 1200 días en la carretera y me ocurrieron muy pocas cosas malas -entre ellas un atraco y un intento de abuso sexual-, ya que el viaje fue muy positivo. Lo mejor fue que la gente fue muy hospitalaria. Lo peor fue pedalear junto a los camiones".

Haciendo balance de su experiencia, considera que Nueva Zelanda es un "país ideal" por su entorno virgen y gran calidad de vida, frente al "mal ambiente y al calor espantoso" que padeció en Centroamérica.

Cristina se enfrentó a también a temperaturas extremas, desde los 45 grados en la India a los 10 bajo cero en la Patagonia de Chile, y muchas veces pensó en abandonar. "La aventura era tan exigente que a veces me venía abajo. Recorría 90 kilómetros diarios, con 8 horas de pedaleo y sin almorzar; desayunaba y cenaba bien".

"El día más feliz fue cuando me recibieron en Rajastán (India), como si fuera una reina, y el peor lo pasé en Malasia, donde dos hombres quisieron abusar de mí y pensé incluso que me matarían".

"Me fui siendo una persona con muy poca autoestima e insegura, y ahora me siento empoderada, que es lo que espero lograr de las mujeres, a quienes me gustaría seguir inspirando".