A la defensiva, el grupo sushi intenta librarse de su estigma
Un fenómeno inusitado atraviesa al gobierno de Fernando de la Rúa. El grupo de jóvenes popularmente conocido como sushi , que conserva intacta la confianza del Presidente y opera en el centro del poder político, se apresta a lanzar una estrategia defensiva.
La manifestación visible será un acto masivo de la Juventud Radical, el jueves 14 del mes próximo. La razón formal de la convocatoria es la de "movilizar a la juventud radical y asumir la defensa del Gobierno", en palabras del presidente de la JR, Pablo Javkin, miembro poco conocido de los sushi , designado vocero de la iniciativa.
La razón de fondo es el esfuerzo por constituirse en un frente político más o menos sólido, capaz de acercar contenidos a un gobierno que, según los ideólogos de la propuesta, carece de ellos, y de disputar una futura hegemonía del partido.
Se trata, centralmente, de quitarse de encima el estigma de ser sushi . "La denominación se utiliza para descalificar el hecho de que haya jóvenes en lugares muy altos", lamentó Javkin, con visión internista: cree que se debe a que el radicalismo tiene una tradición de resistir su renovación generacional.
Uno de los impulsores del proyecto lo expuso más crudamente: "El objetivo es terminar con la impronta sushi , romper con esa idea".
Génesis y futuro
El grupo se está constituyendo como tal sólo ahora; su denominación lo precede. Lo bautizó la revista Noticias en alusión al perfil sociológico de Antonio de la Rúa, Darío Lopérfido, Cecilia Felgueras, Lautaro García Batallán, Ramiro Agulla y compañía, los más vistosos de los jóvenes delarruistas.
La política del poder, según esa teoría, había quedado en manos de jóvenes apolíticos, amantes del marketing y del pescado crudo al estilo japonés, tan de moda en Buenos Aires.
En el transcurso de los meses, los embates en su contra se incrementaron en paralelo con el aumento de su influencia sobre De la Rúa. El ex presidente Raúl Alfonsín, el vicepresidente Carlos Alvarez, el senador radical Leopoldo Moreau, entre muchos otros en la Alianza, los acusaron (siguen haciéndolo) de frívolos y de amateurs.
Sintieron como propios los golpes que cayeron sobre Fernando de Santibañes, jefe de la SIDE, amigo del Presidente y el hombre más cuestionado del Gobierno. Santibañes los defiende y promueve desde que los tomó como propios durante la campaña presidencial en su proyecto de formar cuadros para una nueva burocracia estatal que operara con lógica empresarial. En esas reuniones conoció a Darío Richarte, a quien entregó la subjefatura de la SIDE.
Cuando las críticas se centraron en el publicista Agulla, luego de que La Nación publicó una entrevista que revelaba su alto grado de influencia sobre De la Rúa, decidieron reaccionar. Antes de zambullirse full time en su romance con Shakira, Antonio de la Rúa opinó que había que desactivar la idea de que existían como grupo y comenzó un debate interno sobre cómo hacerlo, que se cruzó con otro debate sobre cómo dotar de contenido al Gobierno, y terminó siendo uno solo.
El resultado de tanto debate recuerda al otoño de 1998, cuando los mismos jóvenes lanzaron algo llamado La Red Generacional, que abortó apenas nacido, porque uno de sus principales sostenes, García Batallán, tuvo que renunciar a la jefatura del bloque de legisladores radicales de la ciudad cuando un empleado suyo fue descubierto pidiendo una coima. El fortalecimiento de los sushi en el círculo íntimo del delarruismo operó en simultáneo con la exclusión del mismo de otros integrantes del gobierno (ministros, secretarios de Estado, etcétera) y volvió a agruparlos.
El verdadero temor de los sushi parece referirse al futuro. Con la excepción del vocero presidencial Darío Lopérfido, que ha dicho que no está interesado en la política más que coyunturalmente; de Antonio de la Rúa, que aspira a hacer otra cosa cuando su padre abandone el poder, y de Agulla, que tiene el futuro asegurado como publicista, el resto de los jóvenes (un grupo heterogéneo, aunque mayormente nacido de la agrupación universitaria Franja Morada) está decidido a vivir de la política.
Con esa preocupación en mente, el próximo relanzamiento intenta combatir "la debilidad importante del partido en la defensa de la gestión de gobierno" y "la anécdota de lo que come cada uno", en palabras de Javkin. Pretende instalar, en cambio, "nuestra visión del gobierno de De la Rúa y lo que tenemos que hacer en los próximos años. Es decir, cómo vemos el futuro".
La pregunta es ¿cómo ven el futuro?Es decir, ¿cuál es el contenido que están produciendo? Bueno... es lo único que les queda por resolver.
Oradores
- Los sushi se presentan como el "sector más aliancista" del partido radical. En su afán por demostrarlo, invitaron al acto del 14 de septiembre próximo en la Federación de Box al jefe del gobierno porteño, el frepasista Aníbal Ibarra (que todavía no dio el OK). Lo que es seguro es que Cecilia Felgueras, la segunda de Ibarra e integrante originaria del grupo, pasará a saludar.
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