A los 76 años, falleció el jurista Julio Oyhanarte
Trayectoria: el ex miembro de la Corte Suprema, a la que llegó muy joven, fue hombre de consulta en períodos difíciles.
Con Julio Oyhanarte, que ayer falleció a los 76 años, desaparece un jurista de excepcional estatura intelectual.
Pero con él se va también un argentino comprometido hasta las entrañas con los procesos políticos y sociales muchas veces turbulentos que fueron dibujando el perfil real de la Nación en los últimos cuarenta años.
Porque convivían admirablemente en él esas dos condiciones la del jurisconsulto riguroso y la del observador finísimo y apasionado de los conflictos y desasosiegos de la realidad política fue durante muchos años el hombre de consulta insustituible en las cuestiones de Estado que requerían un análisis complejo y cuidadoso.
En los momentos críticos o de confusión institucional, la reflexión orientadora de Julio Oyhanarte restablecía la certeza y señalaba el camino jurídico adecuado. Como miembro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación a la que se incorporó en mayo de 1958, en coincidencia con la llegada de Arturo Frondizi a la presidencia de la República, desarrolló una labor de extraordinaria importancia.
Conocedor profundo de la jurisprudencia norteamericana, fue en todo momento un intérprete lúcido y brillante del derecho.
Talento poco común
Tenía un talento poco común para la formulación del pensamiento jurídico en relación con un caso o una situación determinada.
Manejaba los elementos jurisprudenciales con verdadera maestría; se diría que había nacido para esa labor específica.
Su paso por la Corte en la que permaneció hasta septiembre de 1962 y a la que retornó en 1989 dejó un legado valioso, en el que los especialistas encuentran constantes y renovadas enseñanzas. Pero si su tarea como jurista alcanzó niveles descollantes, su vocación de hombre público sobrepasó largamente como ya se dijo los ámbitos del conocimiento académico y se proyectó a la arena política con generosa capacidad de entrega.
Un hito insoslayable fue su participación decisiva en la solución de la crisis institucional abierta por el derrocamiento de Frondizi.
La celeridad con que Oyhanarte ideó y ejecutó la fórmula sucesoria que llevó a la presidencia de la República al doctor José María Guido, a quien tomó juramento en la Corte el 29 de marzo de 1962, cerró ese año el camino a una quiebra abrupta del orden constitucional y salvó el hilo de la continuidad de las instituciones democráticas.
La intervención de Julio Oyhanarte en ese momento crítico de la vida argentina quedó como una estimulante lección de responsabilidad política.
Vocación de servicio
No fue la única vez que brindó un testimonio claro de su vocación por servir a la República por el camino del respeto al rigor jurídico en el contexto de una comprensión profunda de los desafíos políticos de cada hora.
En septiembre de 1962, JulioOyhanarte renunciaba a la Corte por considerar que el presidente Guido se había apartado de la legalidad institucional al comportarse como un gobernante de facto y no como un mandatario aplicado al cumplimiento de las disposiciones del régimen de acefalía presidencial.
Muchos años después, en 1989, al renunciar como secretario de Justicia del gobierno del presidente Carlos Menem, produjo un informe en el que reconocía la legitimidad formal de la decisión del Gobierno de aumentar el número de miembros de la Corte Suprema pero expresaba su desacuerdo con las concretas circunstancias en que se intentaba provocar esa modificación.
Criterios
El jurista aprobaba, fiel a criterios a los que siempre había adherido; el hombre de sensibilidad política desaprobaba la intencionalidad coyuntural que asomaba detrás de la medida.
Había nacido en La Plata el 3 de julio de 1920.
Graduado en la Universidad Nacional de esa ciudad y doctorado en Ciencias Jurídicas ySociales en la Universidad de Buenos Aires, JulioOyhanarte militó desde muy joven en la Unión Cívica Radical, el partido de sus mayores, y mantuvo siempre una firme adhesión a la figura de Hipólito Yrigoyen.
En 1956, al escindirse el partido, se sumó a la la UCRIntransigente, que lideraba Arturo Frondizi.
La llegada a la Corte
Tenía 37 años cuando se incorporó a la Corte Suprema, donde compartió responsabilidades conAlfredo Orgaz, Benjamín Villegas Basavilbaso, AristóbuloAráoz de Lamadrid y Luis María Boffi Boggero.
En 1962 encabezó la fracción de la UCRIque se enfrentó con el sector conducido por Oscar Alende. Entre abril de 1972 y mayo de 1973 ejerció la presidencia del Consejo Económico ySocial (Cones), creado por el presidente Alejandro Lanusse.
En 1989 fue designado secretario de Justicia por el presidente Carlos Menem, pero permaneció en el cargo sólo tres meses. En noviembre de 1989 se incorporó por segunda vez a la Corte Suprema, de la que se alejó, "por razones personales", en abril de 1991.
Profesor de Derecho Constitucional en la Universidad de Buenos Aires y fundador de diversos institutos jurídicos universitarios, el doctor JulioOyhanarte fue autor de numerosos libros.
Entre los más recordados se cuentan "Poder político y cambio estructural" (acaso su obra más difundida), "La expropiación y los servicios públicos" e "Historia de la Corte Suprema de la Nación".
Colaboró largamente, asimismo, en importantes publicaciones especializadas y su firma apareció muchas veces en La Nación .
Su verdadero estudio era la biblioteca de su domicilio, donde se debatía por igual sobre el Derecho, la política o la suerte de Boca Juniors, del que era hincha apasionado.
Por ese estudio desfilaban con frecuencia, incluso, adversarios políticos, que acudían allí requeridos de un consejo orientador ante arduas cuestiones judiciales. Julio "Julito" Oyhanarte fue un hombre de diálogo, un hombre que sirvió, invariablemente, a la búsqueda de soluciones constructivas para la Nación.
El cálido adiós de su familia
Un centenar de personas, entre familiares y amigos, despidieron ayer, en el cementerio privado Parque Memorial los restos de Julio Oyhanarte.
Antes de arribar a su morada final, el doctor Alberto Azcona, amigo personal de Oyhanarte, dirigió unas palabras a los presentes con las que describió la figura humana y profesional del notable jurista y político argentino.
"De joven, Julio ya brillaba por su inteligencia y no era necesario esperar el paso del tiempo para reconocer esa virtud en él. Uno se quedaba impresionado de sus capacidades luego de cruzar algunas palabras", recordó su amigo.
Luego de realizar una semblanza de su actividad política y jurídica, Azcona rescató a Julio Oyhanarte, por sobre todas sus virtudes "la calidad humana y la hombría de bien" que siempre tuvo para con su familia y sus amigos. Incluso para aquellos que no tenían relación con él pero sufrían alguna injusticia.
Así, Azcona recordó una anécdota de un joven, campeón de bridge de su club, que no era autorizado a viajar en un certamen internacional, por una "suerte de discriminación de las autoridades de ese club".
Oyhanarte enterado de este percance, envió una carta a esa entidad, anunciando que tras ella vendría el juicio patrocinado por él mismo. Ante la repercusión del hecho, el club dejó participar al joven en aquel torneo internacional.
El cálido homenaje de Azcona emocionó a varios de los presentes que, con resignación, despedían a un "ser brillante en sus capacidades y excelente por su hombría de bien".
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