Alberto Fernández, condenado al doble discurso

A continuación, la desgrabación de sus principales conceptos:

• El Presidente anticipó en las últimas horas ante gobernadores que extendería la cuarentena por lo menos al 23 de este mes.
• Sin embargo, los empresarios que estuvieron ayer con Alberto Fernández salieron con la idea de que íbamos de la cuarentena al distanciamiento social. Si repasamos los sectores que están siendo exceptuados de la cuarentena, concluimos en que la intención del Gobierno es ir hacia un esquema más laxo.
• Por un lado está el drama económico que se viene, que es grave. La razón es que el Gobierno –el mundo- está asustando ante lo que se viene. Yo decía esta semana que Estados Unidos proyecta que se triplique el desempleo. En la Argentina solo está trabajando un 35% del PBI privado.
• Me decía hoy un empresario de una distribuidora de servicios públicos que, como no funcionan ni Pago Fácil y Rapipago, la gente no está pagando las facturas: solamente están cobrando entre 26 y 30% de las facturas. El 60% de los usuarios paga las boletas de luz y gas en papel, no en home banking. Este sector está siendo muy afectado por esta crisis.
• El Gobierno quedó entonces frente a una encrucijada. Haber tenido relativo éxito con la crisis sanitaria, retrasado la curva de contagios, representa un acierto que supone, al mismo tiempo, un inconveniente social para enfrentar la crisis económica: el aislamiento empezó mucho antes del pico y, cuando termine la cuarentena, va a faltar casi un mes para el pico. Haber empezado antes la cuarentena también puso antes el horizonte de impaciencia social.
• ¿Cuánto aguanta la sociedad en cuarentena? La consultora internacional Tom Tom, que trabaja con el gobierno de la Ciudad, registró esta semana un 50% más de congestión de vehículos respecto de la primera semana de la cuarentena. Es decir, nos estamos impacientando, pero todavía falta lo peor.
• El próximo conflicto de Alberto Fernández va a ser explicar políticamente por qué abre la cuarentena en el momento en que mayor la cantidad de contagios. Por eso es probable que haya empezado a sobreactuar con la extensión de la cuarentena. La cuarentena sigue.
• El riesgo es demasiado grande y ya se constató el viernes con el pago a jubilados: en medio de la ansiedad por cobrar la impericia le ganó a la razón.