Alfonsín apoyó el acuerdo con Carrió para un frente electoral
El presidente de la UCR lo visitó en su casa y le dijo que incorporarán a los cobistas
"Para que no digan de afuera que estamos con diferencias, ¿qué te parece esto, Gerardo?", le preguntó Raúl Alfonsín al presidente de la UCR, Gerardo Morales, y le mostró una carta que ya tenía escrita. Morales, que había ido a visitar al ex mandatario para sumarlo a su causa, aceptó no bien la leyó.
La escena pasó ayer al mediodía en la casa de Alfonsín y le puso fin (al menos por ahora) a la polémica desatada por el acuerdo que la UCR y Elisa Carrió anunciaron el último martes.
El documento que Alfonsín escribió y Morales aprobó reivindica el diálogo y admite que las coincidencias con las fuerzas opositoras "permiten pensar en el lanzamiento de frentes electorales, sobre todo si se vislumbrara el peligro de rupturas institucionales". Pero aclara que serán los órganos partidarios los que decidirán al respecto.
"Fue una reunión plena de coincidencias, se disipó cualquier duda sobre las motivaciones del acuerdo y Alfonsín se quedó mucho más tranquilo", le contó Morales a LA NACION. El jefe de la UCR había ido a buscar una bendición de Alfonsín al acuerdo con Carrió y se la llevó por escrito.
"Por rupturas institucionales entendemos la falta de opciones o el deterioro de la calidad institucional", precisó Morales, que considera que esa condición ya se cumple.
Los radicales esperan que esas 11 líneas alcancen para borrar la controversia que había provocado la otra carta que Alfonsín difundió esta semana, en la que decía que él no había convocado "frentes electorales que, a veces, nada tienen que ver con las respectivas posiciones ideológicas de los partidos".
Esa primera carta fue la que motivó la reunión de ayer entre Morales y el líder radical.
"¿No te tomás una copita de vino?", lo recibió Alfonsín, recostado en su cama por sus problemas de salud, pero de buen talante y lúcido como siempre. Sólo tomaron agua, pero eso no impidió que los dos se sinceraran y, a solas, repasaran el acuerdo con Carrió y el socialismo distrito por distrito.
Morales le contó que la idea cayó muy bien entre los radicales de todo el país (hicieron un repaso de candidatos zona por zona), que será un diálogo "de partido a partido" y con prioridad en lo programático, como pedía el ex presidente.
Cobistas, adentro
De paso, le anunció que están en marcha las conversaciones para sumar al cobismo en las listas (otro pedido de Alfonsín), para empezar por Mendoza y Buenos Aires, donde buscarán la vuelta al partido del diputado Daniel Katz y del intendente de Junín, Mario Meoni, entre otros.
Como contrapartida, Morales le dijo que era necesario dar un "golpe de timón" en suelo bonaerense. Un eufemismo para explicar que tratarán de desbancar al alfonsinista Leopoldo Moreau, el mayor detractor del acuerdo con Carrió, en vista de que su aliado Federico Storani mandó mensajes de apoyo a la coalición. "De los perversos que lo rodean mejor no hablemos", prefirió cortar Morales a la prensa cuando salió de la reunión.
Alfonsín escuchó mucho, asintió bastante y habló lo necesario. "Hay que tener mucho cuidado con cómo se arma este frente, porque no podemos fracasar", le advirtió al jujeño.
Sus mayores elogios fueron para los socialistas Hermes Binner (Morales lo postulará esta semana para líder regional en la Internacional Socialista reunida en México) y Rubén Giustiniani. "Son excelentes personas."
Con Carrió fue más moderado. "Con ella no hay problema, avancen", dijo Alfonsín. No hizo falta más: era lo que sus correligionarios querían oír.
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