Amenaza de bomba en la Casa de Gobierno
No podía haber llegado en peor momento. Justo cuando en el Gobierno esperaban, tensos, las primeras reacciones de los mercados luego del anuncio de las últimas medidas económicas, un llamado anónimo alertó sobre la presencia de una bomba en la Casa Rosada.
El llamado fue recibido ayer por una de las recepcionistas que atienden el conmutador de la Casa Rosada. Fue al mediodía, cuando el presidente Fernando de la Rúa acababa de regresar a Balcarce 50, tras inaugurar un instituto de rehabilitación en Escobar.
El jefe de la Casa Militar, general Julio Hang, dio el alerta para que la División Explosivos de la Policía Federal recorriera con perros adiestrados los pasillos. No hubo evacuación de personal. Ni siquiera el Presidente se movió de su despacho: "Sigue trabajando normalmente", informaron voceros oficiales.
Cerca de las 14, cuando el temor se había disipado, el secretario general de la Presidencia, Nicolás Gallo, le restó importancia al incidente. Y atribuyó la autoría de la amenaza a "alguna persona que quiere hacer una broma de mal gusto". Sostuvo que "no es la primera vez que ocurre, ni en esta administración ni en otra", y reconoció que la amenaza podría estar vinculada con las nuevas medidas, aunque insistió en restarle trascendencia.
La de ayer no fue la única amenaza de bomba recibida en los últimos tiempos en la Casa de Gobierno: desde los atentados del 11 de septiembre último, los recepcionistas de Balcarce 50 ya consideran una rutina recibir falsas advertencias de explosivos.
Pero ayer, la amenaza llegó en un día muy particular: no funcionaba el detector de metales de la entrada de Balcarce 50. Se debieron abrir cientos de bolsos con paciencia budista.