Apagones, bocinazos y marchas dominaron la víspera del paro
Con protestas de todo tipo, el de ayer fue el día de la bronca. Cacerolazos, un apagón, sentadas, marchas sindicales, cortes de calles; en todas sus manifestaciones las reacciones contra las medidas económicas adoptadas por el Gobierno sumaron tensión en el día previo a la huelga general convocada por las tres centrales obreras.
La mayor concentración se vio frente al Congreso Nacional, donde los gremios que integran la CGT disidente convocaron una manifestación en la que iniciaron el plan de lucha que seguirá hoy con el paro.
El acto reunió a unas 6000 personas y tuvo como finalidad entregar ante los bloques justicialistas de diputados y senadores un proyecto que pide la derogación de la ley que otorgó en su momento poderes especiales al Poder Ejecutivo, así como que se deje sin efecto la reforma laboral.
Durante un breve mensaje de Hugo Moyano, jefe de la central rebelde, militantes del Partido Obrero y de Patria Libre, con grandes carteles, intentaron acercarse más de la cuenta al palco. Fueron disuadidos por afiliados del gremio de los camioneros, lo que generó un clima enrarecido.
Golpes y corridas
Al terminar el acto, los mismos protagonistas se enfrentaron a puñetazos y patadas. Hubo corridas en la esquina de Callao y Rivadavia, donde también fue agredido un camarógrafo de América TV.
Casi al mismo tiempo, en la Plaza de Mayo, la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) se concentró para rechazar las políticas de ajuste de los gobiernos nacional y provinciales.
Unos 1000 seguidores escucharon a representantes gremiales que culparon al ministro de Economía, Domingo Cavallo, por la crisis que atraviesa el país.
Una de las protestas más llamativas que se vivieron ayer fue el cacerolazo y bocinazo convocado por la Coordinadora de Actividades Mercantiles (CAME) y por otras entidades.
Hubo cortes de calle realizados por comerciantes en casi todos los barrios porteños y en algunas zonas del conurbano, a las 12 y a las 20. Vecinos con cacerolas se sumaron espontáneamente.
Después del mediodía, representantes de la CAME se desplazaron desde el Obelisco hasta la Plaza de Mayo, con lo que sumaron un poco más de caos al tránsito de la ciudad.
A oscuras
Por la noche, los mismos organizadores propusieron un apagón de energía. Por unos minutos, enormes zonas de Buenos Aires quedaron a oscuras. Un ejemplo fue la avenida Corrientes, donde cerraron la mayoría de los locales, los cines y los teatros, entre las 20 y las 20.15.
La CAME también había convocado a que, durante los quince minutos que duraba el apagón, la gente descolgara o apagara sus teléfonos fijos y celulares.
La protesta se repitió en distintos puntos del país, entre ellos Santiago del Estero y Rosario.
También en La Plata hubo tensión, con cortes en distintas zonas. El principal fue realizado por empleados de los ministerios de Salud y Obras Públicas ante la imposibilidad de extraer sus salarios de los cajeros automáticos.
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