Argibay se incorporó a la Corte Suprema

Carmen María Argibay, en medio de una ovación del público asistente a la ceremonia, juró ayer como ministro de la Corte Suprema. En la puerta del Palacio de Justicia, el clima era otro y un nutrido grupo de ahorristas criticaban duramente la incorporación de la magistrada.

Argibay prestó juramento ante el presidente del máximo tribunal, Enrique Petracchi, en la antigua Sala de Audiencias de la Cámara Federal. Habitualmente, esta ceremonia se realiza en el Salón de Actos de la Corte, pero Argibay pidió otro escenario.

En esa sala de la planta baja de Tribunales se celebró, hace veinte años, el juicio a las juntas militares. Y la jueza fue víctima del régimen militar, porque estuvo detenida a disposición del Poder Ejecutivo. Otro de los motivos para realizar allí el acto fue que una de las invitadas era la madre de la jueza, Ana Huergo, una elegante señora de 94 años.

En la ceremonia, estaban presentes todos los ministros del máximo tribunal. Ayer, fue la primera vez en un año y medio que los medios periodísticos pudieron registrar al alto tribunal en pleno.

También ocupaban el estrado el ministro de Justicia, Horacio Rosatti; el procurador general de la Nación, Esteban Righi; el titular de la Defensoría General, Miguel Angel Romero, y el procurador del Tesoro, Osvaldo Guglielmino.

A la ceremonia concurrió la mayoría de los miembros del Consejo de la Magistratura. Argibay se estrechó en un largo abrazo con uno de ellos, el representante del Poder Ejecutivo, Joaquín Da Rocha. Hubo, asimismo, algunos invitados del exterior.

Las presencias internacionales fueron las de Irma Meurer Montalva, presidenta de la Corte de Apelaciones de la ciudad de Concepción; Ana Cienfuegos Barrios, relatora de la Corte Suprema de Chile, y Marta Battistería, titular de la Corte de Apelaciones de Montevideo.

La ceremonia fue muy breve y apenas la jueza juró por el honor y por la patria, el público, entre quienes había muchas personalidades del Poder Judicial y también un centenar de invitados especiales, irrumpió en un sostenido aplauso. El recinto estaba desbordado.

"Se puede discutir sobre su calidad de jurista. Yo creo que es muy buena. Pero lo importante es que es una mujer muy querida en Tribunales", coincidieron en afirmar varios camaristas.

Entre los asistentes al acto, también se mezclaban tres integrantes de la cámara federal que condenó a las juntas militares: Andrés D´Alessio, Ricardo Gil Lavedra y el actual ministro de Seguridad bonaerense, León Arslanian.

"Tiene un perfil diferente y muy enriquecedor para la Corte. Está muy comprometida con los derechos humanos", afirmó Ricardo Gil Lavedra.

Argibay era secretaria de Cámara cuando se produjo el golpe militar de 1976, y poco después del 24 de marzo fue sacada violentamente de su casa y alojada en la cárcel de Villa Devoto. La magistrada nunca abundó en detalles del episodio.

Un mes después, una polémica acordada de la Cámara del Crimen la exoneró de la Justicia, hasta el retorno de la democracia en 1983. Durante el gobierno de Raúl Alfonsín, fue reincorporada con el cargo de jueza de sentencia a cargo del por entonces Juzgado "Q". A fines de los ochenta, Argibay fue compañera de sala, en la Cámara del Crimen, de Eugenio Zaffaroni, de quien es amiga.

En las escalinatas

En la puerta del Palacio de Justicia, en cambio, el clima era completamente distinto.

Un nutrido grupo de ahorristas liderado por Nito Artaza, que cortó durante más de tres horas la calle Talcahuano, donde se encuentra el Palacio de Tribunales, cuestionaba duramente la designación de la magistrada.

La voz cantante la llevaba el propio actor cómico y dirigente del radicalismo porteño, que advirtió: "La independencia de poderes no existe, y sin ella no tenemos un futuro como Nación. Esta gente está haciendo un gobierno sumamente autoritario".

"Esperamos que Argibay respete la Constitución. No creemos que Argibay respalde nuestros reclamos. Empezó mal reuniéndose con el Presidente de la Nación [en relación a la audiencia que tuvo anteayer, en la que Kirchner firmó su designación], que vulnera la independencia del Poder Judicial. Me parece grave que los ministros estén presionados por el Poder Ejecutivo", aseveró Artaza.